Capítulo 30
“Dolor, locura & muerte”
A la luz del sol, la piel de su esposa era tan hermosa, era tan suave y tan delicada, tan pálida y tan tersa.
La figura de su cuerpo enredado en las sábanas era tentadora para él al despertarse y verla desnuda a su vista; con su cabello rubio, brillante, suelto y desordenado. Era maravilloso para él poder verla así. Sus labios rojos despertaban un deseo intenso en él, y toda ella era majestuosa a su vista.
Este, era un recuerdo que se enterraba con un puñal una y otra vez en su corazón y su mente acompañado de un sonido blanco de fondo que dejaba ver el trance que Valko estaba experimentando en ese momento.
Ella fue su más grande quiebre.
Valko dejó el cuerpo de su esposa en aquella sala junto a su madre, quien aún lloraba con dolor la muerte de su hija.
Cegado en ira, el rey volvió a tomar su espada y se dispuso a salir de la sala a pasos lentos, que poco a poco se volvieron más rápidos y ansiosos. A su alrededor, él veía a los soldados peleando contra los guardias de Raen al tiempo que él caminaba como si nada a su al rededor tuviera algún sentido, teniendo su mirada puesta en el norte.
Valko le buscaba con insistencia, pero no lo veía y tampoco parecía importarle tener la guardia baja para cualquier hombre de la casa Kokthen que lo quisiera atacar. El era dominado por una especie de trance donde sus pensamientos estaban enteramente sumergidos en lo que había ocurrido con Anya, y afortunadamente, los guardias del monarca se percataron de que él estaba caminando sin prestar atención a su alrededor.
Recuerdos intermitentes de él con Anya compartiendose amor y cariño invadían su mente en una constante, esos recuerdos eran el combustible que lo impulsaban a querer acabar con Raen. Uno de los guardias de la casa Worwick se percató de que su rey no estaba en guardia y que cualquier hombre de Raen podría atacarlo.
“Protejan al rey” Gritó el guardia dando aviso a todos los que estaban al rededor.
Muchos hombres de Raen ya habían muerto, pero otros aún daban pelea, ellos eran pocos y con el debido esfuerzo podían neutralizarlos.
Y a lo lejos, lo vio.
Valko vio a su primo Valero arrastrar a Raen atado de manos, el rostro de Valko decía todo lo que estaba recorriendo su cuerpo y su alma en ese momento; el odio y la rabia que emanaban de él eran más que reveladores. Valero arrastraba a Raen por las vestiduras y Valko alzó su voz diciendo:
—MUERTE PARA TODOS LOS QUE PERTENEZCAN A LA CASA KOKTHEN, DECAPÍTENLOS A TODOS, MÁTENLOS Y USEN SUS CUERPOS PARA ALIMENTAR A LAS BESTIAS Y A RAEN LO QUIERO EN EL SALÓN DEL TRONO —ordenó Valko señalando con su espada la entrada de Valero junto a Raen.
Un grupo más de soldados de la casa Worwick llegaron a apoyar a la guardia y los hombres de Raen al ver a su futuro "rey" en manos de Valero cedieron y dejaron de luchar, uno a uno se les fue decapitando como proclamó Valko, mientras él se dirigía al salón del trono.
Ahela aún se aferraba al cuerpo sin vida de Anya en un sollozo insesante. Ella no quería esto, ella nunca quiso esto, «¿cuánto más perdería?» Se preguntó la reina madre, cargando con el dolor de ya haber perdido a dos de sus hijos, y sus gritos desgarradores dolían de solo oírlos, ya se había derramado mucha sangre inocente en su casa, y la mujer juró apoyar a su hijo para acabar de una vez con todas con los que habían propiciado aquella desgracia.
Valko se encontraba junto a su trono caminando de un lado a otro; la desesperación era fácil de leer en su único ojo, en su rostro y en todo su cuerpo que aún estaba cubierto de la sangre de su esposa, por la que él lucharía para así vengarla.
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𝐕𝐀𝐋𝐊𝐎
RomansValko, el príncipe guerrero, conquistó innumerables batallas, pero solo fue vencido por el amor de su vida. Su espada era temida en todos los reinos, pero ante el amor de ella, su corazón se convirtió en la única arma que necesitaba. La profecía se...