𝐍𝐎, 𝐄𝐒𝐓𝐀 𝐕𝐄𝐙

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Capítulo 36

“No, esta vez”

—La reina Ahela fue informada el día de ayer sobre mi ida a Doskan y ella estará llegando pronto al castillo. Mis hijos se quedarán junto a ella y a las nanas que se encargan de ellos y Lady Elizabeth vendrá conmigo.

—Mi rey, ¿cree usted que sea prudente que Lady Elizabeth vaya con usted a Doskan?

—Yo lo considero prudente Sr Francys. Ella y yo nos instalaremos en Blackwalls, mientras yo soluciono el problema con los rebeldes, necesito a alguien confiable a mi lado y Lady Elizabeth es la persona correcta para eso.

—Está bien majestad, como usted ordene.

Sr Francys se retiró dejando a Valko caminando solo por el pasillo del castillo que daba directo al jardín, y al llegar a las a fueras del pasillo, el rey posó su ojo detenidamente en el lugar donde él había asesinado aquel hombre que se atrevió a amenazar a su Lady.

Pequeños flashbacks del momento en el que él estaba decapitando y torturando al mencionado se vinieron a su mente. Valko estaba más que consciente y se sentía satisfecho por lo que había hecho, todo era por y para protegerla a ella.

Minutos más tarde Elizabeth Y Valko partieron a Doskan en un barco que los llevaría a la isla que de hecho no estaba muy lejos de Northlandy. La reina Ahela arribó tiempo después a Northlandy tras un viaje que había sido agotador para ella. La reina madre llegó con el príncipe Valerio al reino y fue debidamente instalada en el castillo para estar al pendiente de todo y de sus nietos.

Por otra parte, Elizabeth se sentía más que cómoda con Valko y disfrutando de muchísimos privilegios a su lado. Su estancia en el palacio Blackwalls no iba a ser muy larga, pero ella estaba emocionada por conocer ese palacio que se decía era hermoso.

Horas después de que el monarca y Elizabeth partieran a Doskan, una carroza se hizo presente en la entrada al castillo Worwick y del vehículo bajó la princesa Lana.

La reina Ahela yacía en el salón privado de su hijo el rey, cuando fue interrumpida por un guardia, quien le informó la presencia de la princesa en el castillo; todo parecía irreal para Ahela. La mujer lo sintió la misma sensación que aquella vez cuando Lana llegó a Southlandy y sentir aquellos no fue de su agrado. La princesa cruzó las puertas de la sala para hacerse presente ante su tía como si nada hubiera pasado sosteniendo el cinismo en su rostro ante ella.

—¡Tía! Que bueno verla.

Con una nula expresión en su rostro, Ahela observó a Lana y a diferencia de aquella vez en Southlandy, la reina madre no recibió con un abrazo cordial a su sobrina.

—¿Qué haces aquí Lana? —preguntó la mujer dejando saber la molestia que sentía por su presencia.

—Tía, fui informada de que Valko y mi hijo estaban aquí y quise venir a verlo.

—A Aiseen claro.

—A Valko y a Aiseen.

—No tienes nada que hablar con Valko.

—Sí tenemos. Ambos somos padres de Aiseen y deseo hablar con él sobre nuestro hijo y nadie me lo puede impedir.

—¿Desde cuándo tanto amor por Aiseen? Desde que partiste de Southlandy no se te ha dado los pies para ir a verlo.

—Valko no me lo permitía.

—¡No mientas Lana! Mi hijo jamás te ha prohibió que lo veas, solo no permitió que lo llevarás contigo para tus fines y los de tu madre.

—Él me exilió de Southlandy porque no quería alterar a su hermana, ¿qué iba a hacer ante eso? —se mofó Lana descaradamente.

—¡Eres una descarada! Jamás debí haberte abierto las puertas de Southlandy aquella vez que fuiste. Tu presencia en mi casa quebró muchas vidas.

𝐕𝐀𝐋𝐊𝐎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora