•Familia•

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Lay, casi todos los días iba de reuniones con su padre, normalmente, las discusiones con este no era sobre su invitado sorpresa, si no de su hermana, su padre quería que Orla se casara, y tuviera una familia ejemplar y educada, ya que su hijo mayor no quería, gracias a su orientación sexual. Hací que Orla, podía hacer cumplir su sueño de ser abuelo, junto a una persona de su mismo rango tanto económico y social.

Desde un principio el hijo mayor siempre presento gustos por su mismo genero, por ejemplo, con tan solo ocho años, le confeso a sus padres que le gustaba un chico de su salon. El pequeño Lay, después de sus clases en la escuela mas prestigiosa, su madre lo recibia afuera de la escuela en el porto de esta junto a unos cuantos guardaespaldas.

Como era comun, el pequeño avía salido con tanta emoción, corriendo alegremente afuera de la escuela donde se encontraba su querida madre, al estar cerca de ella se abalanzo como una pequeña bala para abrazarla por los pies. -¡oh!, mi pequeña bala, ¿Como te fue en tu escuela?, te noto muy feliz.- La rubia bajo para abrazar a se pequeño hijo y consentirlo un poco, -La clase fue aburrida...¡Pero hoy conocí al nuevo niño nuevo!-

-¿Niño nuevo?- parece raro, pero al ser una escuela de alto prestigio y solo para niños de alta economía y rango, la escuela tenia el deber de avisar todo y cada pequeña cosa que pasara dentro de la institución, pero no avían avisado de un niño nuevo.

-Señora, el hijo mediano de la familia Muller, la nueva familia que llego a la ciudad.-

-Bueno, ¿Te pareció divertido, hablaron?- Por esa pregunta, el pequeño se puso un tanto nervioso, y sus mejillas se llenaron de color rojo vino.-Si...era bastante divertido, pero tampoco un tanto callado y...lindo- La madre se sorprendio un poco, pero dejo de lado esto, ya que era hora de irse a casa, su esposo esperaba y no quería hacerlo esperar, - En la casa me sigues contando sobre la escuela junto a tu padre cariño, es hora de irnos- Esto ultimo dándole un pequeño peso en la frente para despues subir al carro de la familia.

Al llegar a la casa los recibieron como siempre, sin numeros de guardaespaldas y mucamas, y con eso su padre, termino su trabajo mas temprano de lo normal, -Cariño, como te fue en el trabajo, ¿Agotado?- Le dio un beso en sus labios, la señora de la casa, como siempre, tan amorosa y calida con su familia, y resto de personas que la conocen.

- Agotado, pero feliz de estar en casa y recibido con tan calida sonrisa- El pequeño rubio siempre conoció a su padre como una persona de negocios frio y estricto, pero con su esposa, era todo lo contrario, la amaba, con un amor tan fuerte y puro. Desde chiquito, Lay, quería un amor como el de sus padres, dulce, inocente y cálido.

°Un amor desconocido°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora