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Ari, cariño, despierta— susurró su madre cerca de su oído, pues al parecer su hija se había quedado dormida.

Solamente unas pequeñas sacudidas fueron necesarias para que Ari se levantará de golpe y se diera cuenta que ya iba tarde a cumplir su primera misión.

Puta madre, por que pasó por mi mente desvelarme tanto sabiendo que me tenía que levantar temprano— Se lamentaba en voz alta mientras se arreglaba lo más rápido posible.

Salió corriendo de su casa con las flechas en su mochila, en una mano aquel arco de color rosa y en la otra aquel folder celeste, que aún no había leído. Bajo por el ascensor para descender al reino mortal.

Caminaba mientras iba leyendo el primer expediente, un chico algo baijto, de tez clara y con unos ojos miel bastante hipnotizantes, en su cabeza portaba una bandana roja, que al parecer siempre la llevaba, utilizaba unos lentes redondos para esconder aquellos dos ojos, que según Ari, para ser un mortal eran muy lindos, según aquella hoja de papel, aquel chico tenía como nombre Juan.

Continuó leyendo el expediente de la siguiente persona, que al parecer no era un humano, era un híbrido, un oso para ser más específicos, un oso que tenía como nombre Rubius y hubiera seguido leyendo aquel folder de no ser que la noche había caído y al parecer en aquel mundo al que había bajado, aparecían monstruos.

Peleaba con varios zombis y muchos esqueletos que tristemente no se percató que aquellas hojas que aún no había leído se iban a perder dentro de aquel denso bosque en donde ella se estaba enfrentando.














[°°°]









La mañana llego y Ari decidió salir de la cueva en donde estaba, debido a tanto mob pensó que lo mejor que podía hacer era esconderse, tenía razón pues ahora, además que había luz de sol, ya no habían entidades que le spawneaban a cada rato.

Luego de una gran marcha, comenzó a divisar a varias personas, como una chica rubia, tenía dos cuernitos y una cola muy elegante, le cayó muy bien, pues ella le había dicho que su arco era muy lindo, lo cual le pareció raro, pues suponía que ella sería la única con un arco pero al parecer llevar eso era completamente normal.

Mientras avanzaba en aquel mundo, iba marcando las casas que encontraba, eso le ayudaría a localizar más rápido a los que debían ser flechados.

No se sabe cuando fue que Ari terminó dentro de una mina, creo que fue cuando comenzaba la segunda noche y creyó que entrando a esa cueva iba a estar a salvo, claro no se percató que esa no era una cueva pequeña, era gigantesca.

Ella había tomado clases de entrenamiento en su hogar, allá arriba, pero los mobs eran demasiados y encima algunos incluso se hacían invisibles, estuvo a punto de usar el teletransporte de emergencias, el cual la mandaba de regreso al cielo, sin embargo dentro de la oscura cueva vio una pequeña luz.

Con mucha dificultad, pues los mobs eran demasiados, logró llegar, se decepcionó un poco pues ella había pensado que por haber luz no habrían monstruos, sin embargo quiza allí habían más monstruos con la única diferencia que había un ser humano, que al igual que ella, estaba luchando.

—Que onda— pronunció el desconocido, que por lo pronto pudo deducir que era un chico, por el tono de voz que tenía —¿Querés ayuda con ellos?— pregunto, pues Ari no le contestó el saludo, así que pensó que estaba en problemas.

Si, por favor— respondió ya algo agotada, esto debido a que ella no estaba acostumbrada a todo eso.

Soy Spreen por cierto— se presentó aquel ser, que aunque hubiera luz, gracias a una antorcha del ahora conocido Spreen, Ari aún no había tenido la oportunidad de verle la cara.

Yo Ari— dijo mientras seguían peleando.

No vamos a poder contra ellos, toma esto mejor— le entregó una perla de color jade —Tirala hacia allá y corres— dijo para él lanzar la suya y desaparecer de la nada.

Ari hizo lo que le ordenó y de la nada ya se encontraba lejos de todos aquellos mobs rompe bolas.


Pensé que no ibas a lograrlo— se burló Spreen de aquella chica que aún trataba de regularizar su respiración.

¡A su puta madre eres un oso!— Exclamó Ari al percatarse de aquel par de orejas que sobresalían de su cabeza, le hubiera respondido otra cosa de no ser que esa característica la tomó por sorpresa.

Gracias Spreen por ayudarme— exclamó con sarcasmo el híbrido, dando énfasis en que la chica había pasado totalmente por alto el tema anterior —pero si, soy un híbrido de oso y vos una humana por lo que veo, ¿Sos nueva?

Si, algo así.

Bueno, mi base es por allá— Señaló hacia la derecha —por si necesitas ayuda, ahí estamos con mi team— concluyó para luego despedirse con la mano y dirigirse a la dirección que había señalado anteriormente.

Ari se despidió y rápidamente busco el folder en donde estaba el expediente de las personas que debía flechar, pues en su mente estaba la palabra "oso" dando vueltas.






























Oh no, quizá si tuvo que leer los expedientes antes de salir.












Notsophixsk

ᴄᴜᴘɪᴀʀɪ | Spruan Donde viven las historias. Descúbrelo ahora