Primavera

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Mi rigor, es tu vida, tus besos y tu amor,
Titubeo en tu presencia y riego de risas la estancia,
Es claro que mi corazón, en dulce embeleso, clama
Y mi alma, encrucijada, a tu encuentro se abisma.

Manías tengo de mirarte, cual furtivo amante,
Pierdo el sentido, de nervios llena la mente,
Quizá tu amistad me ha de tornar delirante,
Preciso de tu amor para rimar mis fervientes versos.

Te imploro, por favor, no me guardes secretos,
A cambio, un florero de amor te entrego,
Y sin voz al viento, pues discreto prefiero,
Para confesarte que te amo con honra y recelo.

A ti cedo mi todo: mi libro de poesía,
Mis luchas, mis temores, mi tesoro y mi pasión,
Pues bien sé que me basta tu risa y alegría,
Mas, sobre todo, tu corazón sincero y sin freno.

Al alba, mi pensamiento en ti fija su empeño,
Y en la ventana aguardo, ansioso tu llegada,
Desespera el reloj, que aún no marca tu venida,
Y al fin, cuando te veo, exclamo: ¡Te esperaba!

Te dediqué una canción para tu camino de vuelta,
Le nombré "Flor de Primavera", en justa medida,
Pues en cada verso nos une el destino,
Me declaro tu amigo fiel, y tú, mi compañera querida.

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