Rebeldía Y Poemas Incomprensibles.

Dentro de un monólogo.

A nada he amado tanto
Como amo levantar mi cabeza
Y pensar en lo maravilloso
Que ha sido el mundo.

Inclusive, amo que la paz
Me haga considerar
Lo pequeño que soy
Mientras que lo grande sigue siendo
Un enigma por descubrir.

Amo las veces que voy al mar
Y le transmito mis quejas y mis temores.

Soy de acuerdo a la época;
De acuerdo a una moda clásica
Pero generosa, aunque parezca aburrida.
Soy de aquella juventud fundida
En la esperanza y en la inmensa
Fe de entablar una relación recíproca.

A años luz, seré como veis el mundo actualmente. Algo intratable,
Consumido como arena húmeda,
Blando como puré de papas,
Creído, impulsivo y anhelando
Dinero para cosas caras.

Y seré como mal he sido en una navidad
Sin ti, sin ellos, sin nadie,
Sin aquello que brindase compañía
A mi poco gusto por el amor
Y las cariñosas palabras de aprecio
Al acabar el año.

Por eso pienso en lo que poco asimilo.
Cuando nadie tiene lucidez
Se pierde muchos años de vida,
Y quiero tanto vivir que recuerdo
Que la vida es mi mayor
Temor.

Pues temo a que algún día seré hueso
Porque hueso soy,
Y temo siempre lo que soy
Por cuanto a lo que he perdido.

He insistido en ser más,
Más no lo que he sido menos...
Y vivo abrumado de lo abrupto
Que ha sido ser alguien tímido,
Convirtiéndome en un hombre
Impaciente y desconfiado.

Careciendo de amor y de detalles,
Recogiendo simplemente
Migajas ajenas,
Aceptando algunos sentimientos
Soñolientos y opacados
Por la incredulidad de sentir
Complejos estúpidos.

¿Hay alguien aquí de acuerdo conmigo?

Tal vez tú hagas parte de este intenso
Y muy amargo monólogo;
Un tanto triste como trágico
Según consideres leerme.

Tal vez en vida sea éste en una distinta imagen, en una diferente presentación.

Pero aquí, soy más o menos que un poema
Con palabras desordenadas.
Como si toda mi vida fuera un libro
Recién sacado de un cofre.
Cubierto por el polvo y al olor avinagrado
De un cuerpo resignado a su sudor.