La mañana siguiente llegó. Ese día estaba marcado como el fin de una etapa. Ese día Louis dejaría libre a Harry, libre de escoger si su relación continuaba teniendo sentido o no.
Quería pasa toda la mañana junto a él, por desgracia tenía que llevarlo al hospital temprano. El doctor le había permitido llevárselo con la condición que lo llevara a la clínica durante la mañana del día siguiente.
Cuando despertó notó que Harry estaba durmiendo. No quiso despertarlo, sabía lo difícil que era que él pudiera dormir. Le dio un beso sobre la mejilla y se levantó de la cama para dirigirse hacia el baño y tomar una merecida ducha.
Pensaba en lo que estaba a punto de pasar. Se sentía triste pero a la vez feliz. Le alegraba la idea de pensar que curarían a Harry, que él estaría bien después de todo.
Sentía el agua caliente recorrer su cuerpo, intentaba relajarse para no entrar en pánico de último momento. Tenía que ser fuerte. Por Harry.
Tardó unos largos minutos más en la ducha. Cuando salió se dio cuenta que Harry ya no estaba en la cama, se colocó ropa limpia y después bajó hacia la cocina para buscar a su novio.
Harry se encontraba en la cocina, sentado sobre la mesa y observando todo. Su mirada se iluminó cuando miró a Louis. -Hola bebe.- dijo con una amplia sonrisa.
-hola Harry.- se acercó hasta él y le dio un beso sobre la frente.
Todas las cosas seguían estado como las habían dejado la noche anterior. Las flores, la botella con jugo, la comida, todo.
-Louis... ¿Podrías explicarme esto?- abrió una de las charolas revelando su contenido.
Louis comenzó a reír excesivamente. Dentro de ellas se encontraba un paquete de frituras triangulares, de las que tanto amaba Louis. -lo siento, tenía que hacerlo.- continuaba riendo.
Harry lo abrazó por la cintura. -¿planeabas que en la noche de nuestra boda cenáramos frituras triangulares?- lo miró divertido.
-tenía que hacerlo Harry, los vi en el súper mercado y no pude evitar comprarlos.- se encogió de hombros y tomó un paquete de la mesa. Lo abrió y comenzó a comerlas. Enserio que esas frituras eran su mayor debilidad.