Stormheart [ HOTD ] Aegon/ Aemond Targaryen

Capítulo 2

Do you love me?

━━━━━━━━☆★☆━━━━━━━━

Desde que escuchó las grandes puertas de la fortaleza abriéndose supo de quiénes se trataban, así que sin esperar un segundo más salió de prisa hacia la entrada del castillo.

Al bajar las escaleras del piso que conducía a sus aposentos se encontró con la reina y su dama de compañía caminando por el pasillo de abajo y cuando los ojos de Alicent se encontraron con la princesa, hizo una expresión de terror.

—¡Rayne! —exclamó la reina asustada al verla corriendo—. ¿¡Qué te he dicho de correr en las escaleras!?

—¡Lo siento! —respondió sonriendo mientras con una mano sobre una de las columnas de la escalera giraba para saltar hacia el otro tramo de escalones.

Alicent soltó una exclamación y se llevó una mano al pecho al verla hacer eso y mientras le gritaba que algún día se caería y rompería alguna extremidad, Rayne solo pudo soltar una risilla mientras seguía corriendo.

Al llegar a la puerta de entrada pudo observar a tan solo unos cuantos metros de ella a su padre junto a sus hermanas y Laena.

Cuando los ojos de Daemon conectaron con los de su hija, sonrió con alegría e inmediatamente la princesa corrió para abrazarlo.

—¡Mi pequeña magnolia mira cuánto has crecido! —el príncipe se agachó para quedar a la altura de su hija y al separarse le pasó los mechones sueltos por detrás de las orejas—. Veo que el cabello sigue cambiando.

—Te extrañé —asintió Rayne con una gran sonrisa.

—Y yo a ti, magnolia —sonrió volviendo a rodearla en un abrazo.

—Odio ese apodo —soltó sobre el hombro de su padre.

Cuando deshicieron el abrazo, Laena y Viserys los observaban con una sonrisa mientras que sus hermanas se lanzaban sobre ella para abrazarla.

—¡Ray! —exclamaron ambas niñas a la vez que la reina aparecía por la entrada en dirección a ellos.

—Lamento el retraso —dijo sonriéndole a los invitados—. Príncipe Daemon, princesa Laena, es un gusto verlos de nuevo.

La hija del señor de las mareas saludó cordialmente a la reina mientras que el padre de Rayne hacia un intento de saludarla amablemente.

—Felicitaciones por el próximo hijo —ante el comentario de la reina Rayne giró la cabeza solo para ver la barriga crecida de Laena.

Sonrió mirando serenamente a la mujer y sintió un brazo pasarle por lo hombros, al levantar la vista se encontró con su padre.

—Tengo un regalo para ti —susurró el platinado pellizcándole la mejilla con la otra mano.