Canto 2

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―No ha pasado ni siquiera una semana.

―Para ti, el tiempo no es lo mismo fuera del foco que mientras que estoy en misiones.

―Bueno, no es como si pudieras olvidarme, soy demasiado hermosa para ser dejada de lado ―Emiya alzó una ceja cuando vio a Merlín quien puso una mano sobre su pecho y le sonrió.

―He visto más hermosas que tú ―Emiya extendió su mano y quitó la mano de Merlín de su pecho. Una leve risa vino de la mujer antes de girar sobre sus talones y mirar el paisaje que había abajo.

―Quizá menciones eso, pero desde el primer instante me has recordado, creo que he dejado una impresión más que buena en ti.

―Una impresión de que eres molesta.

―Eh... bueno esa sigue siendo una impresión al final de todo ―Merlín rió después de decir aquello―. ¿Podrías cambiarte y vestirte para la ocasión?

Emiya alzó una ceja y miró su conjunto de siempre, la armadura con la capa blanca cubriendo su cuerpo.

El hombre miró a la mujer que brilló unos instantes antes de aparecer con una falda negra, un suéter blanco y medias largas finas que subían las que desaparecen dentro de la falda.

― ¿Y ese cambio? ―Emiya miró con interés la vista tan... normal que había tomado de la nada aquella mujer.

― ¿No es obvio? ―Merlín se acercó al hombre y recargo su cuerpo en el pecho de Emiya―, ¡Iremos a una cita!

Emiya miró en silencio a Merlín antes de hacer una mueca que reflejaba su desagrado.

― ¿Qué? ―Emiya miró como la mujer se rió por su respuesta―, no es necesario eso, ya estamos aquí, solo dime--

―Ah, ah, ah ―Merlín puso un dedo en los labios de Emiya, la mujer se había puesto de puntillas para poder alcanzar la altura de la boca del hombre y acercar su rostro hasta ponerse frente a frente.

Emiya miró a los ojos de Merlín y no entendió las acciones de la mujer.

―No vamos a hablar aquí ―la sonrisa de Merlín fue enorme cuando dijo eso. Emiya solo contempló como la sonrisa de la mujer crecía a cada segundo.

No parecía que algo bueno iba a salir de esta situación.

Él acababa de llegar al mundo que se suponía que había sido designado para que "termine con la era de los dioses", pero hasta ahora más allá del manda en el ambiente, no entendió bien el mundo.

Quería una explicación y la única persona que podía responder sus preguntas también era la peor persona respondiendo preguntas.

Tendría que jugársela y creer en Merlín de entre todas las cosas... Emiya solo podía maldecir su suerte.

―Entonces... ¿dónde planeas ir? ―Emiya sabía que las cosas solo se iban a complicar de aquí en más, no sabía que podría ser lo que quisiera esa mujer de entre todo mago o cualquier ser, era de las que menos podría fiarse.

― ¡A una cita! ―la emoción junto con el tono realmente alegre de Merlín hicieron que Emiya solo la mirara.

Una mueca de asco se asomó en la cara del hombre seguida de la risa de Merlín ante haber logrado tal reacción de parte del hombre.

―No puedes hablar en serio...

―Una cita, ahí te diré todo sobre lo que está pasando en este mundo ―la sonrisa de triunfo de Merlín solo molestó más a Emiya.

Una cosa sería aceptar tal trato de la mujer, y por ende, someterse en cierta forma a lo que ella quería. Más también podía amenazar a Merlín e intentar forzar que le diga todo.

Maldición de la diversiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora