Entretiempo

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Rias quedó viendo la reacción del hombre ante ella. Una oferta cómo la que había dado no era un simple juego o algo para dejar pasar.

―Sabes, puedes ofrecer todo el oro que desees a los nobles, pero hay cosas que cómo has dicho, no se compran con dinero ―Rias siguió su discurso. Puso ambas manos en la espalda y comenzó a caminar en círculos alrededor de Archer.

No hubo un cambio en la expresión del hombre. Nada, pensó que en este punto ya hubiera visto alguna reacción.

―Se mí caballero y te aseguro que traeré a Mari Wyllt como mí obispo, así ambos estarán juntos.

...

Merlín iba recuperando el aliento tanto como podía. Había demasiada vigilancia para usar algún poder o algo que la ayudara a llegar a su objetivo lo más rápido. Si pasaba lo peor prefería que su fachada aún siguiera en orden.

― ¡¿Mari-san?! ―no le importó con quien chocó. Tampoco reconoció las voces, solo podía tener ambos ojos puestos en aquella estela que se erguía por encima de todos.

Nunca pensó que lo primero que hubiera visto de parte de Emiya fuera tal malicia.

Vio la puerta frente a ella, la puerta del club de ocultismo y sintió el subidón de maná de parte de Emiya. Era obvio que estaba por accionar.

Con su hombro golpeó la puerta y entró justo a tiempo.

¿Acaso Rias no estaba viendo lo que tenía en frente o no podía sentir lo que estaba provocando?

Merlín casi sintió como sus rodillas flaquearon para arrodillarse, esta vez no fue el cansancio que había estado sintiendo, fue su instinto que le gritaba que saliera del lugar.

¿De verdad Rias estaba incluso cegada que no podía verlo?, probablemente su orgullo le estaba diciendo que Emiya no era nada más que un buen espadachín y renegó el sentimiento que había frente a ella.

― ¿Mari-san? ―Rias vio confundida a la maga quien cayó de rodillas al suelo poco después de entrar. Se notaba que estaba falta de aire y que había corrido hasta el lugar.

¿Por qué?

A Rias no le gustó. Mari Wyllt podría ser inocente pero no estúpida, si se había retirado hasta hace poco fue porque había accedido para hablar en privado con el hombre.

La atención de Archer se fue de ella al instante pasó a Mari Wyllt quien estaba aún recuperando el aliento.

― ¿Qué haces? ―la voz de Emiya fue suave, Merlín pudo decirlo, aún estaba en su papel de buena pareja.

―Ja... ―Merlín aún estaba recuperando el aliento. Lo físico no era lo suyo y Akeno le siguió con la mirada hasta el final, quería mantener el teatro actual hasta el final.

El sentimiento de poder estar en esta situación límite incluso si se lo propusiera ella misma. El que ahora mismo llegasen Issei y Akeno detrás de ella luego de su maratón hasta el salón de ocultismo.

El que haya derribado tanto a Issei como a Kiba mientras corría, este último sin entender de la razón real tras su pequeño empujón.

Todo para poder llegar a esta situación en la que ella estaba en el centro de atención y disimulando algo que no era, mintiendo a todos en la cara dándoles una realidad construida a mentiras.

El sentimiento de poder ser atrapada en cualquier momento gracias a Emiya quien no podía manejar como una variable incluso si conociera como actuaran los humanos tratar con aquel hombre siempre fue distinto.

Nada de lo que hiciera se ajustaba al accionar real del hombre.

Fue en esos casos en que se sintió una vez más viva. Ahora en el suelo ante la mirada de todos, como si fuera la actriz parada en un escenario con la luz principal sobre ella.

Maldición de la diversiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora