Telón

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El viento azotó la ventana del club de ocultismo. No fue solo una, fue como si cada ventana abierta de la nada se cerrara, el viento en el exterior meció los árboles con fuerza. Los pájaros que estaban durmiendo comenzaron a volar de golpe.

Rias miró por la ventana e inclinó la cabeza ante tal acto repentino. Los pájaros volando, cada uno dando un fuerte graznido continuo.

― ¿Koneko-chan? ―Issei atrapó a Koneko quien casi cae al suelo repentinamente. La joven ahora estaba de rodillas.

La naturaleza, la fuerza natural del entorno, no, de la ciudad misma le estaba gritando que algo malo estaba ahí.

Un jarrón cayó haciendo que todos se giraran a ver el ruido. Fue Koneko quien saltó hacia un lado, corriendo hacia Kiba quien abrió los ojos ante el abrazo repentino de la joven quien parecía asustada.

―Koneko-chan, ¿puedes hablar? ―la voz de Kiba fue comprensiva, no exigió conocer nada, tampoco preguntó lo obvio, que Koneko no estaba bien con solo ver.

La joven de cabello blanco asintió ante la pregunta del rubio.

― ¿Puedes decir que sucede? ―los presentes el club se giraron con cuidado casi como si un ruido más hiciera que la joven saltara y corriera del lugar.

El teléfono de Rias sonó interrumpiendo el breve silencio que había formado. Koneko abrazó con más fuerza a Kiba esperando algo, que la cubrieran, que aquella presencia que estaba sintiendo que era rechazada por la naturaleza misma desapareciera.

Rias miró su teléfono y vio la llamada de Sona en el marcador.

Dudando unos segundos, Rias tragó por la situación actual, deslizó su dedo y contestó la llamada de Sona.

¡¿Qué demonios está pasando?! ―ante el silencio en la habitación el grito de Sona fue más que audible en ese momento. Ahora Rias fue quien se llevó la atención.

― ¿Perdón...? ―Rias no comprendió nada, todo fue casi espontaneo, como de un instante para el otro todo parecía oscurecerse, como si alguna opresión se hubiera formado ante ellos de golpe.

Como si alguien los estuviera viendo.

¡La energía mágica de la ciudad es un desastre! ―Sona gritó en el teléfono. Del otro lado de la línea Sona estaba más que exaltada por los informes que había recibido de la nada. La barrera de la ciudad cayó y la línea de ley del lugar había sido drenada de golpe.

Kuoh había sido una ciudad con mucho mana, había algo llamado "venas" en la ciudad, las venas estaban fuera y dentro de la ciudad, siendo la vena principal en territorio enemigo.

En la iglesia en la que Rias había ido aquella noche.

― ¿La energía de la ciudad? ―Rias repitió sin entender aun lo que pasaba―, ¿qué pasó?, dilo claro.

Ambas eran herederas, Rias acababa de llegar a de una misión de "recuperación" y "limpieza", no había tenido tiempo para ver nada sobre la barrera y lo que pasaba en la ciudad hasta ahora.

¿Realmente no sabes nada? ―la voz de Sona fue de cansancio antes de contestar―, la línea que alimentaba la barrera, cayó de golpe, se está reponiendo, pero eso no quita el hecho de que fue consumida de la nada.

Rias pensó en ello un momento y supuso algo con respecto a lo que pasaba.

― ¿En dónde fue foco de consumo?

La iglesia en la que fueron.

―Entonces fue el ritual del caído ―Rias inhaló y luego exhaló con fuerza―, hubo un ritual que tuvo que ver con la transferencia de un sacred gear al caído, mañana hablaremos de esto, ¿la barrera volvió?

Maldición de la diversiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora