Canto 5: Coro

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― ¿Cuánto tiempo más piensas seguir actuando en la academia? ―Emiya no pudo evitar preguntar aquello al ver como en la sala, alrededor de todos los libros que estaban en el escritorio en un lado de esta. Allí estaba Merlín con una sonrisa, contestando cada pregunta de la tarea con una gran sonrisa en el rostro.

Emiya vio como Merlín estaba moviendo las piernas y tarareando, de verdad parecía que la mujer estaba disfrutando de la tarea por la forma feliz de actuar y el hecho de que no le había respondido hasta ahora. Emiya se acercó más a Merlín y la vio trabajando con preguntas básicas de historia japonesa.

― ¿Eso es todo? ―Emiya no pudo alzar una ceja cuando vio el material encima del escritorio de la joven. Merlín quien estaba con una sonrisa solo alzó la cabeza y vio a Emiya quien se había quedado detrás de la albina.

―No todo debe ser complicado, voy en tercer año, probablemente te sabes la historia porque la has vivido, no es mí culpa que solo pueda poner lo que se investigó sin que parezca que estoy inventado información ―Emiya escuchó atentamente a la mujer. Desde que llegó en este mundo no tuvo mucho que hacer más allá de estar al pendiente de Merlín y quedarse en casa.

El hecho de que pudiera organizar el desastre que fue la sala y las habitaciones de la mujer que estaba riendo ante él hizo que quisiera saber por qué dedicar tanto en algo tan tonto. Emiya pudo haber dejado todo como estaba y no pensar en la casa.

Más no pudo por el simple hecho de que al ver la habitación hizo que este quisiera ordenarla, incluso sin querer hacerlo de manera voluntaria Emiya al ver el estado de la habitación de Merlín, no pudo hacer nada más que ordenar todo y ver la sonrisa de triunfo de la maga ante lo que "hizo por ella" más que nada.

Emiya solo miró como Merlín seguía completando todo en silencio. Un silencio antinatural que se daba por la mujer que usualmente no podía quedarse callada por ningún instante.

La habitación que era solo llenada por el vago ruido de la televisión de fondo hizo que Emiya suspirara antes de caminar hacia la cocina.

― ¿Vas a preparas la cena? ―Merlín giró la cabeza suavemente y miró a Emiya quien estaba a medio camino. Le había costado mucho convencer al hombre de usara ropa actual, pero lo había logrado.

No pudo estar más que feliz con el resultado, el atuendo actual del hombre era exactamente lo que le gustaba y no había perdido un segundo en decírselo a Emiya desde minuto uno.

Fue una pena que el hombre siguiera rechazado sus avances, más Merlín no tuvo eso en mente, después de todo sabía que eventualmente lograría tomar al hombre para ella y que él la tome a ella en primer lugar.

―Sí, en vista que solo juegas a la academia en estos días no tengo motivo para moverme a otro lado, ni siquiera puedo salir por los demonios.

―Oh vamos querido~ ―Merlín contestó aquello con una enorme sonrisa, sonrisa que vino con una mueca de Emiya, mueca que no significó nada porque no hubo una expresión, pero Merlín se contentó con ello, al menos había decido comenzar a actuar frente a ella en vez de tener la misma expresión de un homúnculo―. Solo será de momento, por mencionar que estamos a nada de que tengamos tú cuerpo.

Emiya se detuvo y se giró para cruzarse de brazos, miró a Merlín quien estaba con su cuerpo recargado en el escritorio ante ella con una gran sonrisa. La joven vestía unos pequeños pantalones rosas que apenas estaban en la mitad de los muslos y una camisa sin cuello blanca.

― ¿No dijiste que tomaría más tiempo? ―Emiya vio a Merlín reír un poco, el nerviosismo estaba presente en la mujer.

―Las cosas se pusieron antes de lo previsto por Issei-kun.

Maldición de la diversiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora