6

343 31 12
                                    



Los vidrios de los ventanales volaron por los aires, una fuerte ventisca helada los había roto, Sebastian de forma instintiva protegió a su comida, mientras Madam Red se cubrió con sus manos ¿Qué sucedió? ¿Una tormenta? Imposible el pronostico que el demonio había echo no decía nada de eso. 

Sebastian olfateo el aire pensando que quizá si era una tormenta sorpresiva pero no, no era eso.


-Así que tu eres Madam red.- Esa voz, aquella voz pequeña pero autoritaria aparecía encima de la mesa principal, pisando sus pasteles que tanto le había costado hornear. 


-Quien...¿Ciel?-La cara de confusión y miedo apodero a la pobre humana quien veía una copia de su sobrino, más chico, más serio y con un parche en el ojo.- ¿Como...?


-¡Tu!.-El shinnigami alzo su guadaña listo para atacar a esa humana que había arruinado a su familia ¡Una tercera en discordia!. 


-¡Sebastian!.-El joven amo grito dándole la orden, de proteger a su tía quien casi echando un grito se cubrió-

El choque de aquella arma mortal contra los cubiertos del hogar se hizo notar, Sebastian admiraba la fuerza a pesar de su pequeño cuerpo sentía como lo empujaba levemente. 


-Nos volvemos a encontrar.-Sonrió con cierta diversión al ver la ira en ese pequeño rostro. 


-Maldito demonio-Gruño antes de alejarse dando un suave salto. Estiro sus brazos para hacer sonar sus huesos.- Aléjate si no quieres que te mate.-


-¡Ciel!.-Madam miraba a su sobrino.- ¿Qué es eso? ¡¿Por que se parece...?!.-

El menor también se dio cuenta de eso, tras el humo y vidrios rotos, pudo ver el rostro del extraño era parecido a el, demasiado. Algo dentro suyo gritaba que ya lo conocía.


-¿Quien eres? ¿Quién te mando? ¿Y por que demonios te pareces a mi?.-Ordeno afilando la mirada.

El shinnigami estaba por responder pero el ruido de una motosierra los desconcertó, el dios de la muerte miro como su figura materna, aquel extraño travesti que lo cuidaba como si fuera su hijo, estaba protegiendo a una mujer, una simple mortal.


-No debías meterte.- Grell miraba con pesar a su pequeño.- Ronald lo entendió demasiado bien.-


-¿Por que?.-Con dolor le pidió una explicación. Estaban tres entes paranormales ahora mismo entre cruzados, Sebastian miraba el drama que se había montado en unos segundos, tratando de analizar la situación. 


-Lo siento, pero no puedes entenderlo.- Y antes de siquiera poder decir más Grell rompió la gran mesa, Sebastian corrió hacia su humano mientras el otro menor se tapaba la cara al sentir todo volar, los pasteles, la porcelana. Cuando todo termino se dio cuenta que su senpai ya no estaba, ni esa humana.

"Gloria" (Sebaciel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora