Samuel DeLuque, el adolescente que se destacaba por sus habilidades con todo tipo de deportes, y por el otro lado, Rubén Doblas, que destacaba por su inteligencia. Nadie, absolutamente nadie, iba a creer que estos dos tenían algo, eran a lo que se le llama "polos opuestos", no coincidían en nada y no tenían ni una sola opinión similar. Los amigos de Samuel se burlaban de Rubén por sus gustos, el teatro, la lectura, la música, la escritura y claro, el anime. Mientras que los amigos de Rubén lo molestaban con que gustaba de Samuel, lo decían en broma ya que se llevaban horrible pero resultó siendo cierto.
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— Mangel, podríamos salir después de clases para tomar un café, ya sabes, para pasar el frío que hace. — dijo Rubén llegando a la sala de clases, dejando su mochila en el respaldo de la silla mientras miraba de reojo el puesto que estaba detrás de él, perteneciente a Samuel, y claro, cómo siempre, llegando de los últimos y justo un minuto antes de que toquen la campana.
— No sé si pueda hoy, tengo que terminar un trabajo de física que estoy haciendo junto a Lolo, pero te aviso más tarde.
— Ahh, vale. Igual no te sientas presionado, solo era una propuesta.
— Si fuera una propuesta de matrimonio, pues si que la aceptaría. — dijo riendo mientras su amigo lo miraba intentando no reír.
— Eres un gilipollas...
— Más lo serás tú, ca- — no pudo terminar su frase ya que entró junto a un portazo, el "rey".
— ¿Se os ha perdido algo? — Rubén y Mangel se miraron para después responderle: — Acabas de entrar, Samuel. Solo por eso mirábamos, ¿tienes algún problema con ello? — dijo Rubén cruzándose de brazos.
— Alguien ha dormido como la mierda al parecer... — dijo Samuel para después avanzar a su escritorio, sentarse allí y tomar su teléfono.
— Ese tío si que es un imbécil, no lo soportan ni en su casa, no, en su choza que dice ser una casa. — Mangel lo miró riendo ya que se había acercado a él solo para que Samuel no lo escuchara. El que había llegado recién, salió de la sala para ir a quién sabe dónde, y a los minutos suena algo en el bolsillo del rubio. Sacó su teléfono y habló.
— Es mi madre, salgo y después vuelvo. — le sonrió, salió de la sala y fue directo a los baños, claramente la persona que le había hablado no era su madre, era su pareja. Entró a los baños cerrando con llave la puerta principal para después dejar descansar sus brazos en los lavamanos.
— Soy yo... Rub, ¿Vas a salir de ahí o... — y no alcanzó a decir la frase completa cuándo Samuel salió de uno de los cubículos y lo abrazó por la cintura para verlo a los ojos.
— Parece que no fui yo el que durmió como la mierda.
— Era broma, Doblas. Sabes que debo ser así para que no se piensen cosas. De todas formas te extrañé tanto el fin de semana.
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Polos Opuestos - rbgtt
Hayran KurguNunca podían salir juntos o ir al hogar del otro porque, para fingir, decían que se odiaban. Los dos estaban tan desesperados que terminaron por explotar en la escuela.