Capítulo 13.

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Despertó, sin saber cuánto tiempo había pasado. Su vista era borrosa, la cabeza le dolía, y a duras penas podía acordarse de lo que había sucedido con anterioridad. Primero sus manos, luego la botella de alcohol sobre la mesa de aquel sitio de mala muerte, y después...

Inhaló con profundidad mientras volvía a cerrar los ojos por el ardor causado por la iluminación del cuarto donde estaba. Giró su mirada al costado al escuchar la puerta ser abierta; ahí fue donde reconoció el lugar. Y por un momento esperó que fuera Wang YiBo quién estuviera a su cuidado, pero no era de tal forma.

La que entró fue A-Yang, pues era la que la cuidaba. Ella se percató de que Song Yi estaba despierta ya, pues se hubo de incorporar en el instante en que abrió la puerta. Así que sonrió un poquito, caminando hasta la orilla de la cama, en la cual tomó asiento con el cuidado de no derramar el té de la taza que llevaba.

—Despertó, ¿cómo está?— La profesora podría no agradarle del todo por su hermano, pero nunca íba a dejarla a su suerte en un tan mal estado en el que YiBo la llevó a casa. —Es para usted—. Y le extendió la taza, al instante en que la contraria alzó la vista.

—Gracias...— Decir que se sentía mal era poco. —¿Y YiBo?

Yang Zi se sintió apenada, pero a la vez con molestía porque incluso después de lo que sucedió entre ellos ella aún podía guardar una esperanza—. YiBo ya no suele venir a casa—. Respondió. —La dejó a cargo mío y de mamá. Tenía que hacer algo temprano.— Aclaró. —...Ya son casi las nueve y no está bien, no puede irse así con resaca.

Song Yi se extrañó. —HaiFu y JiuFan están sin clases hasta el Jueves; es Martes. Sólo el Auditorio de HaiFu está abierto por la Orquesta estudiantil—. Después de terminar, fue donde ella se dió cuenta de lo que sucedía, incluso aún más cuándo Yang Zi la miró con los labios entreabiertos por lo dicho.

—YiBo fue a ver a Xiao Zhan.

Se sintió como una apuñalada a su corazón. La frase sonó irreal, porque nunca esperó que ese estudiante pudiera no ser un gusto nada más, si no algo más profundo por lo cual Wang YiBo cambiara todo lo que alguna vez fue; lo que ella, específicamente, alguna vez le pidió para él.

—A él..

Yang Zi no quiso decir más, porque por una parte entedió lo que era que Song Yi estuviera tan enamorada, pero no correspondida. Entonces se incorporó, mientras asentía y caminaba a la puerta nuevamente. —Sí—.  Dijo. Cuándo estuvo por salir, regresó. —¿Sabe? No vale la pena tener un rival que nunca ha hecho algo malo para con usted... por alguien que le ha dejado claro que lo inexistente que será entre ustedes algo más que una amistad. No arruine la única relación que tienen por la obsesión.

Song Yi se quedó sola en la habitación; la puerta se cerró, y esas palabras hicieron eco en su mente durante todo el tiempo que estuvo ahí. Incluso cuando volvió a casa, una hora después.

Pero es que a ella no podía caberle en la cabeza que Wang YiBo, durante once años nunca pudiera haberla visto con unos ojos distintos, con unos ojos que no fueran una amistad y que, en cambio, fuera Xiao Zhan esa persona por la cuál sí lo hiciera; una persona menor, que no tenía lo suficiente...

Lo mismo que un día antes pasó se estaba repitiendo para Wang YiBo; Zhan sin responder sus llamadas ni mensajes. No podía quitarse de la cabeza su culpa por cancelarlo así como así, pero él tampoco podría con la culpa de que algo malo pudiera haberle pasado a Song si la dejaba ahí. Se sentía entre la espada y la pared.

Simple. [Spring Is Coming].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora