Capítulo 10.

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—¿Éste lugar?

—Por supuesto que sí, la comida callejera es lo más rico que existe, en especial aquí.

La expresión de Wang YiBo se resumía en un gesto extraño de labios, expresando a simple vista algo parecido a "Sácame de aquí ahora mismo". Y es que crecer en una familia dónde nunca hubo necesidad de comer en la calle o al menos en ese tipo de lugares le hacía verse ahora en duda de sentarse en ese asiento que Xiao Zhan le selalaba o no.

El olor era pasable, el genterío también lo era. Quizá no estaba tan mal, o tal vez era que el menor estaba tan normal y cómodo que dicho sentir se le era transferido de tal manera que dejaba de sentir desdén.

—Hey, no me diga que jamás ha venido a un lugar dé estos.— Comentó, notando al pfofesor mirar a su al rededor cada que algún mesero pasaba con las charolas de la comida. Fue con albur, pero al ver la cara del mismo supo que había acertado, así que abrió su boca con sorpresa. —¿De verdad nunca había venido?

—No, nunca.— Entonces Xiao Zhan fue hasta su lado, mirándolo como si se tratara de algo no humano. —¿Qué?

—No puedo creerlo.— Dijo. —Durante casi treinta años, nunca ha sabido lo que es en realidad una buena comida.— Alzó su brazo de repente, y una jovencita como de su edad llegó con un cuadernito en mano, sonríente. —Necesito las brochetas de carne, pan de azúcar y esa pasta con queso, ¿cómo se llama...?

—Teokbokki.— Completó la chica, a lo que Zhan asintió efusivo. —Enseguida.

—¿Todo eso?— Interrogó, viendo a través del cristal todo lo que salía de entre el aceite o lo que fuera con lo que prepararan todo.

—Hmm—. Sonideó, triunfante.

Pasaron los minutos, Wang YiBo entendió porque llamaban comida rápida a éste tipo de sitios porque lo que Xiao Zhan ordenó había llegado más rápido de lo usual, lo que lo hizo dudar aún más.

—¡Ya está!— El pelinegro exclamó, repartiendo cada plato que tenían a su merced, algunos en medio y uno frente al profesor, el que quedaba viendo la comida, y después a él, y de nuevo a la comida. —Coma.

—No, gracias.— Se veía ligeramente apetecible, pero no confíaba del todo, ni siquiera al momento en que el estudiante dió la primera mordida a la "brocheta".

—Profesor Wang.— Llamó el azabache. —Sé que no es un lugar caro cómo a los que está acostumbrado, pero, intentelo.— Dijo. Se quedó callado por un momento y YiBo pensó que quizá no insistiría más. No obstante al voltearse a verlo, él tenía ese pan de azúcar cerca, muy cerca de su cara. —Así que abra la boca.

—¿Qué estás haciendo?— Intentó detenerlo, sosteniéndolo por sus antebrazos.

—Sólo pruébelo, ¿sí?

Culminó suspirando con profundidad. No soltó los antebrazos del más chico, pero si cerró sus ojos al momento de abrir su boca y permitir que el contrario pusiera esa cosa azucarada en su cavidad. Sólo mordió un trozo, creía que tendría que tragarlo a la fuerza por el mal sabor pero no fue así, el sabor era...

—Está rico—. Dijo de pronto, abriendo sus ojos y asintiendo mientras su entrecejo dejaba de fruncirse.

—¡Lo ve! ¡Se lo dije!— Exclamó. Volvió y después le extendió al castaño el tazón con el Teokbokki.

Tal vez el ambiente no era el mejor, ni la comida por no ser a lo que estaba acostumbrado, pero sí lo era el sencillo pero bonito hecho de estar experimentándolo con quién lo había pensado antes.

Simple. [Spring Is Coming].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora