La vida cotidiana de el pastoral [BL]

Capítulo 37

"¿Qué ocurre?" Cuando Yan Yue condujo de vuelta y se dio cuenta de la anormalidad de Dahei, salió del coche y miró en la dirección en la que miraba Dahei, pero no vio nada.

Lu Lingxi parecía preocupado: "Acaba de pasar un coche y Dahei está así". Acarició la cabeza de Dahei, tratando de calmarlo. El coche circulo rápido; Lu Lingxi sólo lo reconoció como un Audi negro, pero no vio nada más.

Yan Yue frunció imperceptiblemente el ceño, pensando débilmente en algo. Hacía tiempo que habían atropellado a Dahei, así que era poco probable que Dahei fuera capaz de reconocer a la persona que lo había atropellado. Pero el olfato del perro era muy agudo, y Dahei era excepcionalmente inteligente, así que podría ser el culpable.

La mirada de Yan Yue se posó en Dahei; a pesar de que Lu Lingxi lo tranquilizaba, Dahei aún parecía muy enfadado. Sus ojos eran fieros mientras miraba al frente y había un gruñido bajo en lo profundo de su garganta. Todo el tiempo hasta ahora, Dahei se había comportado tan inofensivamente al lado de Lu Lingxi que Yan Yue casi había olvidado que antes era un perro callejero. Un perro que necesitaba luchar, pelear por comida y pelear con saña para sobrevivir.

Yan Yue siguió el ejemplo de Lu Lingxi y se puso en cuclillas, encontrándose seriamente con los ojos de Dahei: "¿El coche que acaba de pasar fue el que te atropelló?".

Si alguien le hubiera dicho a Yan Yue en el pasado que hablaría con un perro tan seriamente como si fuera un humano, habría pensado que la otra parte estaba loca. Pero la realidad era que se esforzaba por averiguar qué pasaba por la mente de Dahei en ese momento. En realidad, no estaba muy seguro de que Dahei pudiera entender palabras tan complicadas. Aunque Dahei solía ser muy inteligente y Lu Lingxi hablaba a menudo con él, Yan Yue siempre pensó que la reacción de Dahei era un reflejo condicionado, no necesariamente que entendiera realmente las palabras del joven. Pero para sorpresa de Yan Yue, cuando terminó de hablar, Dahei, que estaba muy enfadado, se calmó un poco y le ladró por lo bajo.

Yan Yue ocultó su sorpresa y miró fijamente a Dahei, diciendo con voz profunda, palabra por palabra: "Recuerda su olor, la próxima vez que lo encuentres, te llevaré a vengarte". Su fuerza era evidente en estas palabras, aunque estuviera hablando con un perro.

Dahei miró a Yan Yue con cierta vacilación por un momento; su cuerpo arqueado se calmó lentamente, la hostilidad de sus ojos se dispersó y, en lugar de un rugido grave, gimoteó, agraviado. Yan Yue lo miró y enganchó las comisuras de los labios, estiró la mano y acarició enérgicamente la cabeza de Dahei. Dahei no lo esquivó como antes y miró a Yan Yue con un poco más de confianza en los ojos.

Lu Lingxi dejó escapar un suspiro de alivio, un poco sorprendido pero más impactado. El aura de Yan Yue ahora era tan fuerte que incluso él estaba algo tenue. Dahei, que ahora estaba más tranquilo, se frotó contra la mano de Lu Lingxi tan cariñosamente como de costumbre. Quizá al darse cuenta de que había asustado a Lu Lingxi antes, Dahei lamió los dedos de Lu Lingxi un poco aduladoramente, como si el perro que acababa de erizarse no fuera él.

Mientras Yan Yue observaba la acción de Dahei, las comisuras de sus labios se giraron hacia abajo. Había unos celos incontrolables en su corazón. Realmente, un perro estúpido. En el camino de vuelta, Lu Lingxi no se sentó en el asiento del copiloto, sino en el de atrás, abrazando a Dahei todo el tiempo. Yan Yue miró a Dahei en silencio. Por supuesto, Dahei no podía entender lo que Yan Yue quería expresar a través de sus ojos. Por cierta cercanía, Dahei entrecerró los ojos y le movió la cola a Yan Yue.

Yan Yue: "......"

El tiempo en verano cambiaba de un momento a otro, y aún estaban a medio camino de casa cuando un trueno sonó de repente en el horizonte. Acompañado de un relámpago que cruzó el cielo, empezó a caer una fuerte lluvia. El cielo se oscurecía cada vez más y la visibilidad era tan escasa que Yan Yue encendió los faros y aminoró la marcha.