Capítulo 25

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A la mañana siguiente, Lu Lingxi se despertó a las cinco. En cuanto se movió, Dahei abrió inmediatamente los ojos, sacudió su pelaje y se acercó. Lu Lingxi sonrió y estiró la mano para tocar a Dahei, se levantó y se lavó ligeramente. Dahei siguió a Lu Lingxi dondequiera que fuera sin necesidad de llamarle.

Después de guardar unas cuantas cosas, Lu Lingxi abrió suavemente la puerta y Dahei salió de un salto, acuclillándose en el pasillo y esperando a Lu Lingxi. Lu Lingxi ya le había dicho a Wang Shuxiu que iría al mercado de flores, pero aun así le dejó una nota y la colocó en un lugar visible de la sala. Después de ir una vez al mercado de flores con Su Weizheng, Lu Lingxi llevó él mismo a Dahei al mercado está vez, aunque en el fondo sabía que necesitaba suerte y no siempre podía dar con las mejores orquídeas de primavera. Además, sin el poder de la naturaleza, no era seguro que la planta pudiera salvarse aunque se la encontrara; pero bajo la enorme presión financiera, no podía evitar aferrarse a un poco de esperanza.

"¿Me estoy volviendo avaricioso?" le susurró Lu Lingxi a Dahei.

Dahei gimoteó dos veces en voz baja, como para refutar las palabras de Lu Lingxi. Lu Lingxi soltó una carcajada y le rascó la barbilla a Dahei con una sonrisa.

Todavía era temprano y el camino estaba vacío, así que Lu Lingxi no le puso bozal a Dahei. Dahei trotó emocionado unos pasos, volvió la cabeza y ladró dos veces a Lu Lingxi. Lu Lingxi comprendió lo que quería decir Dahei: le estaba pidiendo que corriera con él. Miró a Dahei con impotencia; Dahei volvió corriendo al lado de Lu Lingxi en un santiamén, le mordió suavemente la pernera del pantalón y lo arrastró hacia delante.

Lu Lingxi: "......"

Debido a su mala salud en el pasado, a Lu Lingxi en realidad le gustaba estar tranquilo y no moverse mucho, pero Dahei no entendía la psicología de Lu Lingxi. Cada vez que se divertía, tenía que arrastrar a Lu Lingxi. Lu Lingxi acarició la cabeza de Dahei sin decir palabra y fue obligado por Dahei a trotar hasta el mercado de flores.

Los dos fueron directos a la esquina del mercado de flores donde se desechaban las flores y plantas medio muertas, y las examinaron cuidadosamente.

Lu Lingxi no tardó en encontrar unas cuantas alcatraces¹ que aún no estaban muertas. El panel mostró que estas calas habían empezado a pudrirse por los pecíolos (lo que une una hoja a un tallo), lo que parecía estar causado por una fertilización inadecuada. Pensaba llevárselas e intentar salvarlas para tenerlas en casa y dar un mejor ambiente.

Dahei, que había estado callado, se enderezó de repente y ladró por lo bajo. Lu Lingxi se dio la vuelta y, al ver quién estaba detrás de él, la sorpresa brilló en sus ojos.

"Abuelo Zhang, Abuelo Zhao".

No muy lejos de Lu Lingxi, dos ancianos lo miraban con una sonrisa. No eran otros que el Anciano Zhang y el Anciano Zhao, que antes habían fertilizado los pansies con Lu Lingxi en el hospital.

En cuanto Lu Lingxi se dio la vuelta, el Anciano Zhang estalló en carcajadas y dijo alegremente: "Pensé que era Xiao Xi cuando lo miré de lejos, Anciano Zhao, no me equivoqué, ¿verdad?".

El Anciano Zhao le gruñó y giró la cabeza para sonreír amablemente a Lu Lingxi, "¿Cómo estás? ¿Cómo va tu recuperación? ¿Has recordado algo?".

Lu Lingxi ya estaba acostumbrado a la excusa de la pérdida de memoria y sacudió la cabeza con una sonrisa. "Mi cuerpo está bien, pero sigo sin recordar nada".

Al anciano Zhang no le importó: "Todavía eres joven, olvídalo si no puedes recordar, tienes que mirar hacia el futuro".

Lu Lingxi sonrió y asintió.

La vida cotidiana de el pastoral [BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora