Fans

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A lo largo de mi vida intenté ser suficiente en todo, me exigía demasiado, no dormía muchas veces pensando en algo que me atormentaba, daba vueltas a cosas que realmente no tenían importancia pero yo se la daba. Mi madre me decía que no me preocupase tanto, que lo que tuviera que ser; sería, pero eso no bastaba. Buscaba aprobación por todos los sitios aunque ya la tuviese, necesitaba que mi esfuerzo fuese notable, pero ya lo era. No sabía ver las cosas y me pasaba la vida entera buscándolas cuando realmente ya las tenía, después fui creciendo y fui dejando a un lado esas cosas que me atormentaban pero cuando algo se salía de mi control, entraba en pánico. Todo esto me llevó a una gran ansiedad y aunque estuve en tratamiento a día de hoy sigo teniendo esa ansiedad pero la controlo bastante bien. 

Llegamos a su coche, era de color verde, un mini cooper, lo sé porque a mi madre la gustan ese tipo de coches, siempre que ve uno bromea con decirme que a ver cuando la compro uno. Vi como se montaba en el coche y seguidamente yo hice lo mismo. Conectó su móvil y me dijo que si quería podía poner alguna que me gustase pero no lo hice. Estaba en el coche de uno de los jugadores del barça, no lo conocía y le iba a decir la dirección de mi casa. Genial. 

-No te preocupes, no voy a secuestrarte, si es por eso por lo que tienes esa cara- soltó una pequeña risa. 

No me dio tiempo a responder cuando al salir del edificio escuché un montón de gritos y pude ver la gran cantidad de personas que había para que Pedri firmase camisetas y se hiciese fotos con ellos. Los fans. 

Nos hicieron fotos y eso que Pedri no paró, quería pasar de largo para que no nos tomasen demasiadas fotos pero el maldito semáforo tuvo que ponerse en rojo. Me tapé la cara como pude rezando para que se pusiese en verde de una vez, no era la primera vez que me pasaba esto, con Ferran ya me había pasado pero estaba Sira también. Llegué a ver cosas como que Ferran y yo éramos pareja, era horroroso, hasta que vieron que yo no era la novia, sino su mejor amiga, pero con Pedri no sería así, sería peor y estaría por todos los sitios, con todo tipo de rumores. 

-Mierda- dijo viendo como me tapaba la cara. 

Después de eso, como vio que el semáforo no se ponía en verde. Aceleró. Se saltó el semáforo cuando vio que podía. 

-Lo siento pero es que sino no nos iban a dejar en paz, aunque con las fotos que nos han tomado, estaremos por todos lados ya- 

-Estas loco, me has dicho que no me vas a secuestrar pero no que no me vas a matar- dije todavía asustada por lo que había hecho. 

Se empezó a reír y aunque la música sonaba, pude escucharla, me giré y vi como reía, como sus labios se abrían para mostrar sus dientes, como sus ojos se achinaban. Era perfecto, encendí la cámara y le hice una foto. 

-¿Qué haces?- me dijo todavía con una sonrisa. 

-Hacerte una foto, sales muy bien- respondí riéndome también. 

Su risa era contagiosa, te hacía reír con solo escucharla, me encantaba ese tipo de risas; te provocaban una sonrisa sin darte cuenta. 

- ¿Por dónde vives?- 

-Justo al lado del cine que hace de esquina, en la siguiente calle- 

Seguimos riéndonos y cantando algunas canciones que salían hasta que llegamos a mi casa. Cuando estaba a punto de abrir la puerta, habló. 

-Este chofer necesita saber como te llamas- 

-Lia y muchas gracias "chofer"- reí.

-No hay de qué, adiós Lia- 

-Adiós Pedri- me despedí.

Bajé de coche, saqué las llaves y entré en casa. Por fin llegaba a casa, me cambié y me puse el pijama, después pedí algo de cenar y me fui a la cama. Mañana sería un día largo y tenía que recuperar fuerzas para demostrar mi potencial y lo que era capaz de hacer. 



Nuestro destino imposible. Pedri González.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora