Cristales

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Cuando era pequeña, jugaba con los primos en el campo de la abuela pero un día decidimos jugar en una zona en la cual había una puerta vieja y abandonada con cristales. Ares, mi primo, decidió jugar a tirar piedras a esos cristales para romperlos, al principió por cada piedra que impactaba con el vidrio rompiéndolo por completo, te incitaba a coger otra y repetir la acción. Los cristales ahora rotos se almacenaban en la tierra y cuando decidimos jugar a otra cosa, fue al pilla-pilla. Ares me sacaba tres años, tenía más fuerza y más altura, cuando me empujó sin querer para pillarme, terminé aterrizando justo donde se encontraban todos los cristales. Sentía un dolor indescriptible, Ares llamó a mamá y ella me dijo que no mirase a la herida pero fue inevitable hacerlo; cuando miré había mucha sangre, impactaba mucho y entendí porqué mamá me dijo que no mirase. Me llevaron a urgencias y con el tiempo se fue curando la herida, pero me seguía acordando perfectamente de ese dolor cada vez que miraba la cicatriz. 

 Me desperté por el timbre de mi casa, sobre las 3 de la mañana, no tenía ni idea de quien podía ser, miré por la mirilla y pude ver, con la poca luz que había, la cara de Sira. Abrí y cuando entró pude ver mejor su cara, tenia los ojos llorosos, la nariz roja y el pelo alborotado. No comprendía que podía haber pasado pero mi primer impulso fue abrazarla fuerte, como si intentase con mi cuerpo que se refugiase en mi. No hizo falta preguntar nada cuando me empezaron a cuadrar cosas como que Ferran y ella se habían ido sin esperarme no porque no me hubiese escuchado sino porque algo pasó, ninguno me cogía el teléfono y ahora Sira se presentaba así en mi casa a las 3 de la mañana. 

Nos sentamos en el sofá que hay en mi salón y todavía abrazadas, pregunté para saber que era lo que había pasado aunque ya me imaginase lo que era. 

-Sira, ¿Qué ha pasado, cariño?- dije con suavidad. 

-Ferran, los fans- dijo con dificultad.

Intenté conectar esos dos conceptos que salieron de su boca pero me faltaba algo, decidí ir a la cocina y preparar chocolate caliente, sé que a ella siempre la gusta el chocolate cuando se siente mal. Mientras que lo preparaba, miré mi móvil y me metí en Instagram. 

Y lo entendí. Entendí a lo que se refería. 

Los fans había pillado a Ferran con una chica que no era Sira, tenía el pelo rubio y apenas se podía apreciar la cara pero bastaba con el pelo para saber que no era ella. 

Volví con el chocolate al salón, y allí estaba ella, como una bolita. La di la taza y fui directa a por una manta, sería una noche larga. Cuando regresé tenía los ojos cerrados mientras en sus manos sostenía la taza, sus piernas estaban encima del sofá y la cabeza reposaba en el respaldo de este. Me puse a su lado, extendí la manta por encima nuestra y puse mi cabeza en su hombro. 

Silencio. Solo bastaba el silencio para tener tranquilidad. Nada de preguntas. 

Después de media hora de silencio, se calmó y empezó a hablar. 

-Lo siento por venir a esta hora a tu casa- 

-No te preocupes, sabes que puedes venir a la hora que sea, Sira- 

-Los fans han publicado una foto de Ferran con otra chica- dijo conteniendo las lagrimas. 

Ya lo sabía, lo había visto pero no se lo iba a decir, quería que me explicase ella las cosas. 

En la foto se veía a Ferran de espaldas y detrás estaba ella, se la veía poco pero lo suficiente para saber que se estaban besando. 

-¿Has intentado hablar con él?- 

-No, en cuanto lo he visto, me he ido de su casa y he venido aquí, no quería hablar con nadie- explicó

-Lo entiendo-

-¿Qué te dijo Xavi cuando fuiste a su despacho?- preguntó para cambiar de tema. 

Suspiré. Dije que si iría pero sigo confusa. No estoy segura. 

-Va a haber unas pruebas colectivas para todos los que se presente como fotógrafos del equipo, por cada prueba se irá eliminando más personas hasta que finalmente quede una. Me dijo que me presentase, después de haber visto mis fotos, en ese momento acepté pero ahora estoy dudando muchísimo- dije con cansancio. 

-¿Cuándo son las pruebas?- 

-A las 8 de la mañana- dije sabiendo la gran charla que me iba a soltar para convencerme. 


Nuestro destino imposible. Pedri González.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora