Capítulo 9

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La noche anterior.

ㅡDebí traer otro pantalón, lo sabía, ¿Tú que crees?

ㅡTe ves bien con lo que sea. ㅡRespondió con voz adormilada.

ㅡCreo que usaré el de color vino, quiero verme bien para la reunión de mañana. ㅡLa ignoró y siguió hablando frente al espejo.

Lisa asintió, bostezando, boca arriba en la gran cama de la habitación del lujoso hotel en Canadá. Hace horas que habían aterrizado.

ㅡ¿Me estás escuchando?

Jisoo resopló cuando la mujer parecía quedarse dormida, así que se acercó, tomó una de las almohadas a su disposición y golpeó el rostro de Lisa, despertándola de un susto.

ㅡ¡Oye!

ㅡ"Oye"ㅡImitó. ㅡNo te quedes dormida, no hemos terminado de hablar. ㅡTiró la almohada a un lado. ㅡ¿Recuerdas que debes levantarte temprano, verdad?

ㅡSabes que soy responsable de levantarme primero para poder despertarte a ti. Así que, sí.

Lisa pareció gruñir por lo bajo y se levantó de la cama hacia el baño. Jisoo arqueó una ceja.

ㅡ¿Qué te ocurre?

Se escuchó el agua del caño correr y dedujo que estaba lavando su rostro. Seguramente para quitarse el sueño.

ㅡEstoy cansada, es eso.

Jisoo la vio caminar de vuelta a la cama y se tiró ahí. Suspiró.

ㅡHas estado rara desde que aterrizamos, Lisa.

ㅡEstoy muy cansada, pero no logro dormir. Es estresante. ㅡSe dio la vuelta sobre la cama y frotó su rostro. ㅡQuise dormir en el vuelo y en todas esas horas no pude.

La mayor analizó las palabras y sonrió burlón. Era obvio, conocía muy bien a su amiga.

ㅡ¿Acaso extrañas a mi linda Jennie? ㅡBromeó. ㅡSeguramente te llena de mimos hasta que te quedas dormida, no me lo puedes negar.

Lisa alzó su rostro y lo miró seria. ㅡEs Jennie. ㅡLe aclaró, sacándole una risa a su mayor. ㅡ Y no es eso, sólo debe ser el cambio de horario o algo. ㅡVolvió a tapar su rostro con sus manos.

Jisoo negó, aunque Lisa no le veía. ㅡEn fin, ya debo ir a mi habitación, te veo en la mañana.

ㅡ¿Podrías apagar las luces al salir, por favor?

ㅡSeguro, mimada.

Lisa se enderezó para quedar al borde de la cama y quitó sus zapatos al igual que sus pantalones, mientras Jisoo apagaba las luces de la habitación. Se acomodó al medio del gran colchón y su cabeza descansó en una almohada.

Poco después escuchó los pasos de Jisoo alejarse y cerrar la puerta. Se había ido.

Pasaron minutos y no podía dormir.

¿Acaso extrañas a mi linda Jennie?

Suspiró, estiró su mano hacia la mesita de noche a un lado, tomó sus lentes y su celular. Se colocó los lentes y encendió su móvil.

Dos de la mañana. Sólo se le ocurría hacer una cosa.

¿Hola?

Escuchó la dulce voz de su esposa al otro lado de la línea y su cuerpo se relajó.

ㅡHola, Jen.

¡Amor! Estaba esperando tu llamada, ¿Llegaste bien?

Claro que la extrañaba. Maldición, la extrañaba mucho y tan sólo han pasado unas horas.

ㅡLlegamos bien.

Era obvio que Jisoo tenía razón. La quería a su lado como cada noche antes de dormir esas últimas semanas. De alguna forma se había acostumbrado a su presencia por las noches, aunque al principio fue incómodo.

Eso me alivia. ¿Ya cenaste?

Una conversación corta mediante palabras dulces fue suficiente para que Lisa se relajara a tal punto de no poder mantener los ojos abiertos.

¿Sigues ahí, amor?

ㅡLo siento, tengo mucho sueño, Jennie. Te llamaré por la mañana, ¿Está bien?

ㅡClaro que sí, duerme bien, te amo.

ㅡY yo a ti.

La llamada finalizó luego de una hora.

Se estiró una vez más para dejar sus lentes y móvil donde antes estaban. Suspiró cuando encontró una posición cómoda y cerró sus ojos, sintiendo ese vacío a su lado.

Ese vacío que hace mucho no había sentido luego de tantas noches con la compañía de Jennie.

Ese vacío que sintió por años luego de la muerte de su esposa.

Ese vacío que tanto odia.

Lisa por fin se quedó dormida con el pensamiento de que esa semana sería difícil sin su esposa.

Cuando cayó la noche Jennie dejó su móvil en algún lado de su cama en ese espacio vacío que Lisa suele llenar

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Cuando cayó la noche Jennie dejó su móvil en algún lado de su cama en ese espacio vacío que Lisa suele llenar.

La extrañaba.

Acarició su lado de la cama y se dio una vuelta para el otro lado.

La soledad y el silencio de la noche a veces solían consumirla cuando aún vivía por su cuenta, en ataques de pánico y ansiedad. Lo recuerda bien. Con miedo de su soledad y de quedarse así por siempre. Para toda su infortunada eternidad.

La soledad y el silencio molestan su corazón. La ahogan, la atormentan, la destrozan.

Se abrazó a sí misma y cerró los ojos tratando de tranquilizarse. Tener un ataque en plena noche sin Lisa y los niños durmiendo no sería nada agradable.

Inhaló y exhaló una vez más de manera profunda.

Lisa me ama.

Realmente lo creía.

Realmente lo creía

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Cenizas de un amor | JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora