Abre sus ojos, pero inmediatamente los vuelve a cerrar, estaba exhausta porque anoche no había dormido casi nada y estaba segura de que Lisa tampoco pudo.
Los abrió una vez más con pereza y giró su rostro encontrándose con el de su esposa a solo centímetros. Sus brazos rodeaban con un agarre flojo su cintura, lo cual para la castaña era extraño pues nunca la abrazaba o tan si quiera tocaba para dormir. Lisa en su lado de la cama y Jennie en el suyo.
Esta noche había sido diferente porque Jennie había sufrido un ataque de ansiedad en medio de la madrugada, lo que despertó a Lisa. La acurrucó entre sus brazos y le susurró los más hermoso del mundo hasta que se tranquilizó. Así quedaron en aquella posición.
Jennie no podía mentir, amaba cuando Lisa la abrazaba, aunque lo hiciera pocas veces, realmente sentía que con un abrazo reparaba sus malos días y reforzaba los buenos.
Lisa siempre la trataba con cuidado y amor cuando sucedían sus ataques de ansiedad. Siempre, y más esa semana que se habían hecho recurrentes.
Esa noche había sido su tercer ataque de la semana.
¿Y cuál había sido la razón? Simple, la razón llevaba un nombre y ese era Seung.
No habían hablado durante toda esa semana desde el encuentro que tuvieron, tan solo miradas por aquí y por allá, pero nada más lejos que eso. Era como si una barrera invisible creada por ellos mismos los separara.
Pero a pesar de no haber hablado otra vez, para Jennie el simple hecho de tenerlo merodear su lugar de trabajo y a sus cercanos le hacía sentir tan malditamente incómoda y por momentos nostálgica.
Su mente la torturaba haciéndole recordar su pasado.
Cuando cerraba los ojos y deseaba descansar al lado de su esposa era donde las memorias de su juventud se reproducían en su cabeza, o cuando lograba quedarse dormida y tenía pesadillas donde volvía a ser la misma chica indefensa rodeada de un charco de sangre mientras aquellas mujeres se burlaban de ella.
Esas pesadillas y recuerdos generaban sus ataques de ansiedad.
Es tan horrible sentir como el miedo se apodera de ti, solo puedes gimotear pidiendo que no sea verdad, la respiración se acelera y tu corazón bombea con fuerza. Todo dentro de ti se sacude, tiembla y se retuerce. No puedes pensar, esa nube espesa de recuerdos te consume y sientes un nudo en la garganta, pero no hablas, no puedes.
Jennie se hunde más y más hasta que Lisa llega para abrazarla, besarla y distraerla de sus recuerdos. Llega para salvarla de sus pesadillas, de sus ataques, de su tormentoso pasado.
Jennie ama demasiado a Lisa.
La puerta se abre y dos cabecitas se asoman por esta. Taeyang y Taehyun se toparon con su mirada, la castaña solo sonrió e hizo un gesto indicando que se acercaran.
ㅡBuenos días... ㅡSusurró Taeyang subiendo a la cama.
ㅡ¡Buenos días! ㅡTaehyun con una sonrisa traviesa exclamó.
Jennie sonrió y negó divertida, abriendo sus brazos para recibir a ambos niños. Con el movimiento se alejó del agarre de Lisa, lo que despertó a la mencionada.
Bostezó. ㅡ¿Qué pasa...?
Jennie se rio junto a los niños. ㅡTenemos visitas.
ㅡ¡Hambre, mami!
Taeyang y Taehyun empezaron a quejarse por querer comida y mimos. Lisa solo reía con el sueño aún presente en su sistema, y Jennie los miraba con adoración.
ㅡBien, ¡A levantarse!
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