Policía y delincuente.

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En un México más criminal y corrupto que nunca, la persecución y detención de delincuentes estaba a la orden del día pero, sin embargo, durante años, unos delincuentes en concreto parece que se les resistían a los policías, uno de ellos era Yago Costa, apodado con dicho apellido. Era uno de los delincuentes más buscados y peligrosos del país. La vida de Yago no había sido nada fácil y eso era algo que pocos sabían. No tenía padres ni tampoco hermanos, sus padres fallecieron cuando él era un recién nacido, y tampoco contaba con ningún otro miembro familiar. Llevaba toda la vida solo, acompañado únicamente de su amigo y compañero Mario.

Mario estaba en la misma situación, su familia lo abandonó cuando era pequeño y llevaba toda la vida solo. Ambos se conocieron en una de las casas de acogida en la que vivieron algunos años y de la que se escaparon un tiempo después. Encontraron el uno en el otro esa especie de "apoyo" que nunca habían tenido, a pesar de ser muy distintos. Yago era reservado, frío, distante, serio... jamás hablaba de sus sentimientos, parecía que era de piedra y que no sentía absolutamente nada, y Mario sin embargo era más extrovertido, un loco de la vida y un mujeriego en potencia, nada que ver uno con otro... pero juntos formaban un equipo inquebrantable en el cual reírse de la policía y poner en peligro a toda la ciudadanía, era su principal objetivo. Yago tenía antecedentes de robo, tráfico de drogas y armas, asaltos... mientras que Mario, además de todo eso, también había sido acusado de homicidio.

Llevaban unos meses tranquilos y escondidos, sin hacer de las suyas, pero la construcción de unas casas de lujo en uno de los barrios más importantes del país provocaron su interés, sabían que era el lugar perfecto para ejercer lo que mejor sabían hacer: delinquir.

En la otra cara de la moneda y viviendo una vida totalmente diferente estaba Marcela Méndez. Era una agente de policía intachable y respetada por todo el mundo, considerada una de las mejores. Cuando era pequeña, Marcela vivió una situación que le cambió la vida: su madre fue asesinada en su casa tras un robo violento. Ella apenas era una adolescente cuando eso pasó, y desde ese momento supo que en el futuro sería policía. Tomó la justicia como su principal objetivo en la vida y se dedicó a esa profesión para tratar de evitar que a la gente le pasara lo mismo que a su mamá. Se crió con su papá y con su hermana mayor Julia, a quiénes adorada y quiénes nunca estuvieron muy conformes con el hecho de que quisiera ser policía. Sentían que era un trabajo muy delicado y peligroso y siempre vivían con el miedo de que algo le pasara.

Marcela llevaba algunos años casada con Darío, ambos se conocieron en la profesión, primero fueron amigos y luego se hicieron novios y se casaron. Los primeros años fueron bonitos, pero últimamente las cosas no andaban del todo bien... Marcela se sentía unida a él por compromiso y por costumbre, más que por amor.

Hace unos meses, Marcela tuvo un fuerte accidente en una persecución y debido a eso se lastimó muchísimo la pierna, casi acaba en tragedia pero gracias a la suerte no fue así. Ese accidente solo la obligó a estar unos meses de baja, sin poder ejercer, cosa que le costaba muchísimo.

Faltaba un mes para que le dieran el alta y pudiera volver a trabajar, pero una noticia repentina que escuchó en la TV mientras estaba en su casa con Darío, la hizo actuar.

"Asaltan una de las nuevas casas construidas en el famoso barrio La Luz, no hay heridos, tan solo hay que lamentar daños materiales por suerte... al parecer el asalto ha sido llevado a cabo por los conocidos delincuentes Yago Costa, conocido como "Costa" y su compañero Mario Cruz."

- Marcela: "No puedo creer que esta escoria siga haciendo daño y poniendo en peligro a todo el país... claro, las casas nuevas han sido su escenario perfecto."

- Darío: "Llevaban un tiempo tranquilos... pero estaban esperando una oportunidad perfecta y les ha llegado."

- Marcela: "Me voy a encargar personalmente de este caso, no sabes que ganas tengo de que ese tal Costa y ese tal Mario estén tras las rejas, llama a Adriana y a Alonso, diles que yo me voy a encargar."

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