Las consecuencias de las miradas poderosas.

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Adriana y Alonso seguían pendientes de Marcela y la realidad es que ya estaban bastantes asustados. Había pasado mucho tiempo desde que entró en la casa y aún no había ni rastro de ella, ni de ella ni de Yago y Mario.

No se lo pensaron más y armados decidieron acceder a la casa en busca de Marcela. Al recorrer la casa y ver que no había nadie, empezaron a gritar hasta que una voz débil y sin apenas fuerza les respondió.

- Marcela: "Chicos... estoy aquí, en el garaje."

Adriana y Alonso fueron rápidamente al garaje y la encontraron ahí. Seguía atada, no había conseguido desatarse, era imposible. Los compañeros la vieron golpeada y se asustaron mucho.

- Adriana: "¡MARCELA!"

- Alonso: "¡DIOS MÍO, MARCELA!"

- Marcela: "Tranquilos, tranquilos... estoy bien."

- Adriana: "¿Cómo que estás bien? Estás golpeada, amarrada y la pierna... Marcela tu pierna."

- Marcela: "Ayúdenme a desatarme, por favor."

Adriana y Alonso la desataron y vieron sus muñecas... las tenía muy lastimadas y su pierna estaba mal nuevamente.

- Marcela: "Estoy un poco mareada ahora... debe ser del golpe, pero estoy bien."

- Alonso: "¿Pero se puede saber que pasó con esos desgraciados?"

- Marcela: "Tuve que acceder a la casa por el garaje, iba a subir a la casa pero de repente uno de ellos bajó al garaje, así que me tiré sobre él para detenerlo, pero él se giró, forcejeamos y me tiró al suelo, por eso estoy golpeada... después me amarró a la silla y no pude hacer nada más, lo siento chicos, no los puedo atrapar, pero esto no se va a quedar así."

- Alonso: "Son una escoria, unas ratas..."

- Marcela: "Los dos no me golpearon, los dos no me amarraron..."

- Adriana: "¿Cómo?"

- Marcela: "El tal Mario Cruz fue el que me golpeó, me amarró... solo fue él."

- Alonso: "¿Dónde estaba el otro? ¿El tal Yago?"

- Marcela: "El tal Yago llegó después, pero no me hizo nada... hasta evitó que su querido amigo siguiera haciendo de las suyas, lo convenció de que tenían que irse porque si no iban a llegar ustedes y los iban a atrapar."

- Adriana: "¿Estás segura Marcela? O sea, me refiero a que si estás segura de quién era quién, no los conocemos."

- Marcela: "Estoy segura. Al principio no sabía quién era quién, pero cuando llegó Yago, Mario lo nombró, así que eso me dejó claro quién era quién."

- Adriana: "¿Pero no estaban encapuchados? ¿Dejaron que les vieras la cara?"

- Marcela: "Mario tenía el pasamontañas puesto, pero en el forcejeo que tuvimos conseguí quitárselo, y Yago lo llevaba en la mano, supongo que se lo quitó al entrar en el garaje pensando que solo estaría su amigo... así que por tanto los vi a los dos."

- Adriana: "Eso es una buena noticia... con los datos que tienes después de haberlos visto podemos hacer una especie de retrato hablado, algo que nos permita a nosotros también reconocerlos y ponerles cara."

- Marcela: "Exacto, en eso pensé también."

- Alonso: "Bueno, vámonos ya de este lugar."

Los compañeros ayudaron a Marcela a regresar a su casa, le costaba andar por la pierna y estaba un poco mareada además de lastimada. Necesitaba urgente llegar a casa y recuperarse, aunque eso implicara tener que enfrentar a Darío y a sus miles de preguntas una vez más.

Vidas cruzadas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora