Después de ese momento de tensión y después de que Yago la parara para hablar con ella, ambos caminaron hacia el coche que los llevaría directo a comisaría. Marcela se dio cuenta que Yago no paraba de mirarle la pierna... esa pierna que tenía tan lastimada.
- Marcela: "Le advierto que si está pensando en atacarme va a ser inútil, no le va a salir bien la jugada."
Yago la escuchaba pero no decía absolutamente nada, y esas "no respuestas" por parte del delincuente ponían aún más nerviosa a Marcela.
- Marcela: "¿Muy machistos para robar pero muy poco hombres para responder o cómo? Claro... típico."
Yago solo hacía gestos de querer estar en paz pero Marcela seguía y seguía.
- Marcela: "No me vuelva a mirar la pierna, ¿le queda claro?"
Yago no aguantó más y se puso cara a cara con ella, boca con boca. Ahora sí le respondió y de una manera rotunda.
- Yago: ¿No piensa dejarme en paz? ¿Qué más quiere? Me lleva detenido, ya cumplió con lo que quería. Déjeme en paz."
Marcela se quedó sin aire cuando de repente lo vio ahí, delante suyo. Ambas bocas estaban a centímetros.
- Marcela: "Quie... quiero que me respondan cuando pregunto algo, no me gusta que me ignoren, pero veo que usted es experto en eso."
- Yago: "No tengo nada que responderle, le miraba la pierna porque se nota que está lastimada, nada más. Si quisiera golpearla o atacarla ya lo habría hecho, lo habría hecho hace un buen rato."
Marcela lo empujó un poco a modo de obligarlo a caminar para que llegara al coche.
- Marcela: "Suba."
Yago subió y ambos fueron directos a la comisaría.
Al llegar allí, Marcela se bajó del coche y fue a abrirle la puerta a él. Un nuevo cruce de miradas sucedió, un nuevo y pequeño bucle.
- Marcela: "Bájese, le presento a la que va a ser su nueva casa durante mucho tiempo. Entre las rejas es donde tenía que estar."
Yago la miraba y sentía demasiadas cosas y todas distintas entre sí. Por una parte se daba cuenta de lo buena que era Marcela en su trabajo, por otra sentía que no era como los demás, veía algo distinto en ella, y por otra parte no podía evitar quedarse embobado y volverse vulnerable delante de ella. Cosas que nunca había experimentado, sentimientos que nunca antes había sentido y que quería borrar inmediatamente.
Al llegar a comisaría, Adriana, Alonso y Darío estaban de los nervios esperando que Marcela llegara, o esperando tener alguna noticia de ella. Adriana y Alonso le perdieron la pista en la zona de las casas, no sabían que había pasado con ella y estaban desesperados.
- Adriana: "¡¡¡MARCELA!!!, nos tenías desesperados, pero dónde estabas, estabas corriendo detrás de nosotros y de un momento a otro te perdimos."
- Marcela: "Todo bien, tranquilos."
Adriana miraba a Yago atónita. Su compañera había conseguido lo que parecía imposible.
- Adriana: "Lo atrapaste Marcela... pero dónde te fuiste, estabas con nosotros y desapareciste."
- Marcela: "Vi que estaban persiguiendo a uno de ellos y era muy raro que solo estuviera uno, así que me fui a otra zona a vigilar y ahí lo encontré... una historia larga, ya les contaré después."
- Adriana: "A nosotros no nos fue tan bie... fui imposible atraparlo."
- Marcela: "Ustedes estaban persiguiendo a Mario... no puede ser que se haya escapado."
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Vidas cruzadas.
RomanceElla y él. Él y ella. Marcela y Yago. Él es uno de los delincuentes más perseguidos y peligrosos del país, de apariencia seria, frío, distante y absolutamente negado desde siempre a todo lo que tenga que ver con el amor. Ella es la justicia y la bon...