- ̗̀↳ ✨ ONE SHOT

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Advertencia: Smut leve, mención de muerte.

Pareja: Spreen × Missa

— Omegaverse + Yandere = Problema enorme

— Missa Híbrido de hurón.

— Leve modificación de la personalidad de los personajes

— diferencia de altura debido a las especies

• Spreen: 1,93cm
• Missa: 1,60cm

Creditos: dada_dael (gracias por la idea belleza, espero te guste como lo hice).













Era un sanguinario y lo sabía, era brutal, era agresivo, era lo que realmente nadie quisiera toparse en su camino como un enemigo, aquella bestia de sonrisa arrogante y mirada oscura, sin dudas alguien de temer.

Tener una vida tranquila y normal aveces es un privilegio, mas allá de las comodidades, vivir tranquilo es un lujo que no todos pueden tener, Spreen era alguien de hablar y actuar sucio, porqué según él, nadie hace mejor su trabajo que uno mismo, algo que nunca pensó siendo un alfa era tener pareja, no sentía esa necesidad a pesar de su jerarquía, el amor era algo que en su panorámica no cabía, se reía del amor y algo que no debió hacer es, echarle burla, aveces cupido te escucha y te condena, eso hizo; debido a su carencia de sentimientos sanos, el amor era algo abstracto, sus manos no podían tocarlo, sus oídos no podían escucharlo pero sus ojos podían verlo, ese cuerpo delgado y pequeño que desearía tener bajo su dominio, esa piel tan blanca que una mordida con el tipo de dentadura que tenía era obvio que dejaría marca.

Se había fijado en Missa, un joven mexicano Híbrido de hurón, lleno de energía, empatico y tan sociable como podía ser la especie que tenía, al principio lo veía con ojos de caza, era normal poseer esos instintos pero con el tiempo se dio cuenta que sentía la necesidad de tener su compañía, a lo que despertó por su obsesión, Missa no podía dar su atención a nadie, ¡Nadie mas que él la merecía!, descarados aquellos que quisieran su cariño, su amabilidad o su afecto.

Sus garras golpearon con impotencia la mesa, rasguñandola en su proceso, había sentido que le faltaba al respeto, cruzo su limite, un gruñido salió de sus labios para levantarse de su lugar dispuesto a una cosa, acabar con quien tratara de alejar a su amado de su vida.

Missa fue enamorado por Spreen, aquel millonario, fanfarrón y simpático, él era su destinado después de todo, era un omega que podía vivir tranquilo, se sentó nuevamente en el sofá luego de ir a preparar palomitas, para ver las noticias con horror.

— El cuerpo fue encontrado casi destrozado por completo, El joven Maximus- . Apagó aquello, ¿quién podía ser tan enfermo?, ese hombre fue que conoció en el supermercado la semana pasada y lo invito por un café, le dolió por completo la cabeza, sus orejas estaban agachadas por el estrés, de alguna forma la culpa lo comía vivo, sus feromonas mostraban ese sentimiento, no era la primera vez que pasaba, sentía que era quien ayudaba a la muerte a señalar a sus víctimas, se sentía su vocero, dictando con la mirada quien acabaría en las profundidades del infierno, cada víctima nueva era alguien que tuvo contacto consigo, hombre o mujer, incluso amigo, recordaba a Juan con amargura, él tanto se había negado a que sea pareja de Spreen, quería llorar, las sirvientas de la casa notaron lo alterado que estaba por lo que una de estas llamó al alfa del muchacho.

— Lamento interrumpir su trabajo señor, pero su pareja está sufriendo un ataque de pánico. Escucho a la temblorosa mujer, escucho luego un sollozo.

Colgó la llamada sin pensar mucho, ni siquiera en lo que estaba haciendo, dejo lo que hacía para ir a casa y consolar a su cariño, supuso que había visto la noticia luego de su crimen de odio, mataba a diestra y siniestra a quien se interpusiera, recordaba a Juan, ese idiota que trato de ser listo, solo consiguió morir luego de un golpe en la cien.

Al llegar a casa pudo sentir por el aroma lo estresado que estaba, defender el amor de su pareja tenía un precio caro que estaba dispuesto a pagar.

— pueden retirarse por hoy, cuidare de Missa. Dijo el Híbrido de oso para acercarse a su pareja que temblaba junto a un llanto casi silencioso. — cariño.

Llamo con suavidad de no causarle mayor malestar, podría matar a sangre fría pero saber que su pareja estaba en esas condiciones le dolía de alguna forma, su mano acaricio esos mechones con calma dejando liberar feromonas de agradable aroma para calmarlo, solo pudo sentir como iba a sus brazos escondiéndose en su pecho, lo envolvió completamente con cuidado para llenar de atención al mexicano.

— Murió, murió por mi culpa, n-no debo acercarme a nadie, no no no. Murmuró temblando, su rostro expresó completamente felicidad, había conseguido lo que quería, tenerlo cautivo por voluntad, que el se entregará a sus consecuencias de manera inconsciente.

— ¿ves por qué te dije que no hables con nadie?, quizás es el karma, calma cariño, estoy para protegerte. Lo cargo para llevarlo a la habitación donde podría tenerlo mas cómodo y tranquilo.

Podía recordar su encuentro con Juan, ese hombre de gafas había irrumpido en su oficina como si fuera la gran cosa.

— ¡Dejate de mamadas, se lo que planeas con Missa, puto psicópata!. Le grito en la cara por así decirlo. — te urge un psiquiatra.

— ¿harás algo al respecto?. Se levantó sin hacer retroceder al otro. — recorda Juan, es mi pareja, es mi todo, tu opinión no cuenta chavon.

— Le voy a mostrar toda la mierda que hiciste, le haré saber que. Su hablar se corto agarrandolo del cuello para estrellar su cabeza contra la pared.

— ¡Cállate!, ¡Te odio, te odiare siempre, Missa solo merece estar conmigo!. Gritó enojado, no podía contar las veces que golpeó la cabeza de este contra la pared de ladrillos, su mano soltó el cráneo ajeno para mirarlo, aquel cuerpo sin vida, ni una sola gota de vida, le dio completa satisfacción.




De simples besos pasaron a la acción, como si fuera apropósito que hiciera hacerlo sentir mal, le gustaba verlo tan dócil, le gustaba de manera enferma su futuro esposo.

Escuchaba tantas veces como quería aquellos gemidos y sonidos lascivos que hacia su pareja, su miembro ser apretado por las paredes vistosas y ese casi rítmico sonido de su pelvis golpeando el trasero ajeno con fuerza, sin dudas estaba encantado, escuchar su nombre en la desesperación ajena por ser penetrado, le encantaba.
Su espalda llena de mordidas que lo marcaban como suyo, su aroma en esa piel blanca que era sola suya.

Missa era su mayor amor y deseo en esta vida, aquella razón de existir era solo por tenerlo consigo como si fuera su complemento, su bello lugar de paz, admitía tener cizalla con sus víctimas, nadie podía amarlo mas que él, nadie podía mirarlo como lo hacía él, nadie lo merece, solo el oso, si pudiera lo marcaría una y otra vez con tal de que su lazo siga fuerte; Ahora mismo miraba a su pareja con una barriga regordeta, aquel Híbrido de hurón estaba tomando una siesta tan tranquilamente luego de estar comiendo todo lo que podía, sobre la especie de animal, dominaria el gen de uno de los dos para que saliera de una sola especie, se acercó a su pareja acostándose con cuidado frente de este acariciando su mejilla.

— Siempre vas a ser mío. Sentenció al silencio.





















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• Salí en todo el día, Estuve ocupado y ando agotado, lamento mucho si el capitulo no es de calidad, no queria dejarlos sin un capitulo, agradezcan a Dada_dael por su idea tan bonita.

• Sobre el grupo, quiero hacerlo pero me preocupa que no les guste, a su tiempo lo haré, mañana inicio la universidad pero seguiré escribiendo.

• Siganme en mis redes sociales mamahuevos 😡😡😡😡

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