Capítulo 12: La madriguera

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Todos se deslizaron por el túnel, gritando, mientras Jack y (T/n) se reían. Conejo pasó corriendo junto a todos y se rió de la reacción de Norte. Jack se deslizó sobre sus pies a lo largo del túnel, mirando a (T/n) reír mientras se deslizaba hacia abajo con las manos en alto. Eventualmente llegaron al final del túnel, y todos aterrizaron en una pila en el suelo. Jack aterrizó sobre sus pies, pero (T/n) se deslizó hacia él y lo tiró encima de ella.

–Vaya, lo siento – Dijo tímidamente.

–Sabes, realmente no me importa, copo de nieve – Jack guiñó un ojo con coquetería.

–Abrochence. Fue muy gracioso – Norte se rió.

–Bienvenidos a la madriguera – Anunció conejo, mientras los huevos de piedra caminaban detrás de él.

Las orejas de conejo de repente se animaron y estaba en alerta máxima – Algo pasa – Se volvió hacia un túnel y vio que se estaban acercando los huevitos, alejándose de algo.

Conejo sacó sus bumerans, Norte levantó sus espadas, Jack levantó su bastón y (T/n) colocó una flecha en su arco. Todos soltaron un grito de guerra y cargaron hacia adelante, y se encontraron cara a cara con... Sophie.

Todos se detuvieron en seco y Sophie los miró sorprendida.

–¿Sophie? – Jack y (T/n) dijeron al unísono.

Todos guardaron sus armas y sonrieron inocentemente. Sophie se rió y comenzó a perseguir a un elfo.

–¿Que está haciendo ella aquí? – Conejo preguntó enojado, mirando a Norte.

Norte sintió su chaqueta – Ah, esfera de nieve.

–¡Que alguien haga algo rápido! – Conejo chillo. Agarró a (T/n) por los hombros y la acercó a su cara – (T/n), eres buena con los niños, ¿verdad?

Jack la sacó del agarre de Conejo.

–No la mires. Somos invisibles, ¿recuerdas?

–Descuida, Conejo. Es admiradora de las hadas – Tooth voló frente a Sophie – Tranquila pequeña.

–Qué linda – dijo Sophie.

–¡Oh! ¿Que crees? ¡Tengo un pequeño regalo! – Tooth abrió la mano y le mostró a Sophie algunos dientes – ¡Aqui están! ¡Cuantos hermosos dientes, todavía tienen algo de sangre!

Esto hizo que Sophie gritara y saliera corriendo.

–¿Todavía tienen algo de sangre? – (T/n) preguntó incrédula.

–¿Diganme cuando fue la última vez que ustedes convivieron con niños? – preguntó Jack, lanzando su brazo alrededor (T/n).

–Estamos ocupados haciendo felices a los niños. No tenemos tiempo... para niños – Norte trató de defender.

–Eso no tiene sentido – (T/n) le dijo.

–Si una niña arruina un día de Pascua asi, estamos peor de lo que creí – Jack hizo girar un copo de nieve alrededor de su mano y lo hizo aterrizar en la nariz de conejo.

Destellos azules volaron alrededor de sus ojos antes de que sonriera.

Conejo y Sophie se pararon junto a una flor que produjo un huevo.

–¿Quieres colorear huevos? ¿Sí? – Le preguntó a ella.

Miles de huevos se abrieron paso a través del camino.

–¡Rimsky-Korsakov! Son demasiados huevos – Comentó norte.

–Y, ¿cuánto tiempo tenemos? – preguntó Jack.

Los huevos pasaron por unas flores que pintan con spray los huevos de diferentes colores.

–Bien, pelotón, vamos a apretar el paso. Eso significa que habra huevos en todo el mundo. Decenas en cada rascacielos, granja y remolque.

Sophie estaba acostada encima de los huevos y la cargaron entre las piernas de Norte mientras él la saludaba.

–En zapatos y platos de cereal. ¡Habrá tinas llenas de mis hermosos huevos!

Los huevos se acercaron a un río de pintura y un elfo empujó un huevo en el río y se rió. Se dio la vuelta y fue empujado al río por la estampida de huevos que venía detrás de él. Los huevos saltaron y fueron decorados con una capa nueva y brillante.

Norte sacó uno y lo miró, mientras pateaba – Okey, esto es algo extraño.

–No, amigo. Es adorable – Conejo lo corrigió.

–¡Llegara la primavera! ¡A todos los continentes! ¡Y ademas voy a llevar esperanza conmigo!

Los huevos se abrieron paso a través de unas enredaderas que hicieron diseños en los huevos. Un yeti estaba pintando unos huevos de rojo y Conejo pasó caminando.

–Demasiado navideño, colorealos de azul.

El yeti miró la montaña de huevos rojos que ya había pintado y gimió.

(T/n) tocó a Jack en el hombro y él se giró para mirarla. Levantó un huevo que había pintado y se lo entregó a Jack. Era azul claro con múltiples copos de nieve blancos. Jack pareció sorprendido y tomó el huevo de ella. Luego levantó su propio huevo que había pintado. Era dorado con un corazón rojo y alas blancas pintadas. Ella jadeó y agarró el huevo de Jack, y le dio un beso en la mejilla en señal de agradecimiento. Jack se sonrojó y una sonrisa de amor apareció en su rostro.

–Oh, ¿qué hay allá? – Conejo le preguntó a Sophie.

Corrió y recogió un huevo y se lo mostró a conejo.

–¡Oh, es una belleza! Ahora solo hay que llevarlo con sus amigos a los túneles y a la superficie, y entonces llegara la Pascua.

Conejo se paró con Sophie y vieron cómo los huevos se abrían paso a través de múltiples túneles. Jack se acercó a él.

–Nada mal – Él felicitó.

Conejo miró a Sophie, que se estaba quedando dormida en sus brazos.

–Tu también cooperaste.

–Oye, yo lamento mucho todo ese asunto del canguro y eso – Jack se disculpó.

–Es por los saltos, ¿no? – Conejo respondió y miró a Sophie – Ay, pobrecita traviesa, mírenla, esta agotada.

–Qué linda – Diente suspiró – Es tiempo de llevarla a casa.

–Yo la puedo llevar – Jack se ofreció.

–Te acompaño – (T/n) ofrecido.

–Jack, (T/n) no. ¡Pitch se encuentra-!

–No hay rival para nosotros – Jack se jactó, poniendo un brazo alrededor de (T/n) con confianza.

–Por eso tienen que quedarse...con nosotros – discutió Conejo.

–No te preocupes, seremos rápidos. No dejaré que Jack se distraiga – (T/n) le dio un codazo en broma.

–Bueno, si vas con él, entonces estará distraído – Conejo murmuró.

–¿Eh?

–Nada. Es solo que no estoy tan seguro de esto.

–Ey confien. Seremos rápidos como conejo – Jack sonrió.



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El origen de los guardianesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora