Ambos se sentaron en silencio durante lo que parecieron ser horas, solo escuchando el latido del corazón del otro, ninguno preparado para dejar ir a la persona que tenían en frente. Abby sentía como si hubiese curado las heridas de su corazón solo con estar al lado de Julian, pero sabía que tan pronto como se levantaran, volverían a abrirse, haciendo sangrar de nuevo su corazón y temía que fuera peor que hace tres años.
— ¿Abby? — Gritó su madre al verla salir corriendo hacía su cuarto, cerrando la puerta con llave. Y sintiendo que le fallaban las rodillas desplomandose al suelo, con lagrimas cayendo desde su cuello hasta sus manos.
¿Qué había hecho mal? ¿Qué había pasado con el "Nunca te voy a hacer daño"? ¿Qué había pasado con el "Mejores amigos para siempre"? ¿Julian tenían razón? ¿Era demasiado dependiente?
Ella siempre hablaba pensando que las ganas de estar juntos eran mutuas. Imágenes suyas viviendo con Julian pasaban por su cabeza, mareandola. Y aquellas palabras seguían repitiéndose en su mente, haciendo que le entraran ganas de vomitar. Las fotos de ellos dos en su pared le dieron ganas de arrancarse el corazón, pero sentía como si el propio Julian ya lo hubiese hecho.
Oyó a su madre llamar a la puerta del cuarto, seguida de su padre antes de que escuchara finalmente la voz de Enzo. Su voz le recordaba aún más a Julian. Aún así sintió que necesitaba a alguien que no fueran sus padres y que la abrazara, para decirle que estaba soñando.
Necesitaba que alguien le dijera que todo había sido una broma, que Julian le había hecho una broma de muy mal gusto, una broma de la que nunca se recuperaría. Alguien que le dijera que todo volvería a estar bien, pero presentía que eso no iba a pasar. Abriendo la puerta detrás suya, sintió como Enzo la abría cuidadosamente cuando cayó en cuenta de que Abby estaba apoyada en ella.
— Abby, ¿Qué pasó? ¿Está todo bien? — Cerró la puerta detrás de él agachándose a su lado poniendo una mano en el hombro de su amiga. Cuando no le contestó, se sentó al lado, estrechándola entre sus brazos mientras Abby dejaba que las lágrimas cayeran en su camiseta de fútbol, ella se daba cuenta que había regresado de jugar. Enzo, por su parte, le rompía el corazón verla así, aunque no supiera que le había pasado.
— Julian. — Empezó a hablar pero no consiguió sacar las palabras. Su corazón se rompía de nuevo solo con decir su nombre. Su cara aparecía en su mente. Haciéndola desear no haberle dejado acercarse tanto a ella. Deseando no haberle permitido que lograra que se enamorara de él.
— ¿Querés que venga? ¿Lo busco? — Enzo preguntó confuso. El chico asumió que Julian sería el primero con el que Abby querría hablar si algo malo había sucedido, así que ir por Julian fue lo primero que se le ocurrió.
— Me quiere afuera de su vida. — Susurró en el pecho de Enzo.
— ¿Por qué? ¿Qué? ¿Qué te hace decir eso?
— Me lo dijo. — Sollozó.
"Déjame en paz". Las palabras se repetían en su cabeza.
— Abby. Estoy seguro que no quería decir eso. — Aseguró. — Osea, son Julian y Abby. Siempre fueron Julian y Abby. Te adora. — La morocha dejó escapar una risa al ver lo ridículas que sonaban esas palabras. Claramente no lo hacía.
— ¿Me querés contar que pasó? — Enzo preguntó mientras acariciaba su espalda, intentando que se calmara.
Abby le contó a Enzo lo que había pasado, haciendo que se sentara en silencio durante cinco minutos, sin saber que decir. Porque, dios, las palabras de Julian rompieron por completo su corazón. El morocho no sabía que le había pasado a su amigo pero iba a descubrir por qué había dicho esas cosas. No habia forma de que Julian hubiera hecho eso sin razón. Él la quería más que a nada.
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Aún te pienso | Julián Álvarez
FanfictionJulián Alvárez solía ser su amigo, su mejor amigo. Fue su primer amor y el primero en romperle el corazón cuando las cosas empezaron a desmoronarse. - Años después los dos siguen viviendo uno al lado del otro. ¿Qué pasará cuando Julián la vea volver...