Capitulo 2

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- ¡Daella! – los brazos de Viserys envolvieron con fuerza el cuerpo de su pequeña hermana haciéndola reír y girar en el aire - ¡Por fin puedo ver tu rostro después de mucho tiempo querida hermana!



-Es un gusto volver a casa, hermano – sonrío, cerrando los ojos cuando Viserys deposito sonoros besos en su cabeza - ¿Cómo esta Aemma? Escuche que su embarazo está muy avanzado y pronto tendremos a un príncipe corriendo de un lado a otro



-Está bien y lamento que Aemma no pueda recibirte, pero con el embarazo se le ha dificultado movilizarse como antes – se lamentó Viserys – Aunque si, el maestre dijo que falta poco para su nacimiento – Sonrió, dejando un último beso en la frente de su hermana - Pero estoy seguro de que Rhaenyra estará encantada de...



- ¡Tía! – Daemon retuvo una risa viendo el disgusto en los ojos de Daella cuando fue apresada por los brazos de su efusiva sobrina - ¡Te extrañe tanto! ¡Syrax creció mucho desde la última vez que nos vimos! ¡En poco tiempo va a poder llevar alguien más y me gustaría que pudiéramos dar un paseo juntas hacia el lugar que recitaste en tu última carta!



-Muchas palabras en tan poco tiempo, querida – sonrío Daella, acariciando el cabello de Rhaenyra con suavidad – No sabía que tu padre te leía mis cartas – su mirada fue a Viserys y fue suficiente para que el mayor viera la molestia en la mirada de su querida hermana



-Rhaenyra no ha parado de hablar de ti desde que te fuiste, no me culpes por querer recitar las historias que se cuentan sobre la princesa escarlata – comento divertido para disgusto de Daella – Es bueno que mis dos hermanos estén junto a mí en un momento tan importante como lo es el torneo para mi heredero



Daemon evito hacer una mueca de disgusto ante la mención del torneo, pero se limitó asentir mientras se colocaba al lado de su hermana caminando hacia el comedor, alejando de manera sutil a Rhaenyra al ver la incomodidad en el rostro de Daella.



-Hija, ¿puedes ver a tu madre? Estoy seguro de que desea verte ahora – mando Viserys con suavidad, después de todo quería un tiempo a solas con sus hermanos. Rhaenyra asintió confundida pero no se retiró hasta abrazar por última vez a su querida tía



- ¿Princesa escarlata? – pregunto Daemon en susurros a Daella, viéndola sonreír mientras caminaban con los brazos entrelazados



-Es mejor que Principe canalla – Daemon rodo los ojos con diversión, peñizcando su cintura



Uno de los caballeros abrió la puerta del comedor en cuanto los vio llegar. Cada uno tomo asiento, Daemon tomo el lado derecho de Daella y Viserys en la cabeza del comedor.



La mesa fue servida y Daella sonrío al ver que eran sus platos favoritos los que colocaron frente a ella.

The Dragon PrincessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora