¿Que es más peligroso que una mujer inteligente?
Daella targaryen era tan hermosa como astuta. Nadie podia dudar que en ella la sangre de dragon corria en llamas.
Ella sabia que habia nacido para grandes cosas, habia nacido para hacer historia en...
-Es muy pequeña – susurro Daemon mirando a su nueva hermana en brazos de su madre - ¿Se quedará así de pequeña? – pregunto con curiosidad
-No, cariño. Ella crecerá, como tu y viserys lo hicieron – sonrió, acariciando la pequeña mejilla de su bebé sintiendo el cansancio inundar su cuerpo – Tu padre no entrara, ¿Verdad? – pregunto en un susurro mirando a su hijo mayor
-Ahora no se encuentra aquí – Viserys miro con pesar a su querida madre, quizás en sus últimos momentos de lucides - ¿Cómo piensas llamarla?
-No había pensado en un nombre para una niña – sonrió, dejado que una lagrima cayera por su mejilla – Siempre me gusto el nombre Daella, ¿Les gusta?
-Es muy bonito – asintió Daemon con una gran sonrisa
-Quiero...quiero que prometan algo – murmuro entre jadeos, tomando a su pequeña hija contra su pecho, abrazándola por última vez - ¿Pueden hacer eso...por mí? – Ambos asintieron mirando a su madre ponerse cada vez más pálida – Cuidaran de Daella...cuidaran de mi pequeña dragona, ¿Sí?
-Si – susurraron los dos príncipes viendo la última sonrisa de su madre antes de perecer
Viserys limpio sus lágrimas, tomando entre sus brazos a su hermana, acurrucándola en su pecho. Miro a Daemon quien también lloraba en silencio, tomando su mano con su brazo libre
-Vamos – susurro, caminando con sus pequeños hermanos hasta salir de la habitación – El sol brillara para nosotros, hermanos
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