Capitulo 1

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Daella tenía muy poca paciencia y todo el desembarco del rey sabia de ello. Las ordenes que daba tenían que ser acatadas al pie de la letra y sin demora.



Cuando llego a la fortaleza y ordeno que no informaran de su llegada, nadie desobedeció y todos los sirvientes como caballeros que la vieron llegar callaron sobre la presencia de la princesa escarlata.



Daella bufo por lo bajo, escabulléndose dentro de los pasadizos de la fortaleza. Odiaba alejarse de su dragón, pero prefería eso a ver cadenas en su preciado Veminthor.



Ser llamada para una celebración tan banal solo la molestaba. Deseaba volver a Lys, disfrutar de los placeres de la vida sin necesidad de rendirle cuantas a alguien.



Pero, era una princesa y hermana del rey, por lo que no podía alejarse por mucho tiempo de sus deberes reales y mucho menos de su familia.



Suspiro con tranquilidad cuando llego a la pared que ocultaba la entrada a su antigua habitación. Ingreso con cuidado evitando hacer mucho ruido para evitar que ojos curiosos.



Sonrió, notado lo limpia que se encontraba, junto con algunos floreros nuevos llenos de sus flores favoritas reposar en distintos lados de la habitación.



Tal parece que Viserys seguía siendo el mismo hermano preocupado y encantador cuando se trataba de ella.



Miro con curiosidad un pequeño papel anudado con una cinta roja que se encontraba en su mesita de noche. Lo abrió con cuidado, frunciendo el ceño con disgusto al ver el mensaje que contenía.



"Te veo, hermanita. Espero tengas cuidado con ese precioso trasero"

-D.T



Realmente pensó haberlo perdido en Volantis cuando lo dejo varado. Claro que, conociéndolo bien, buscaría la manera de vengarse de ella luego del incidente en el valle.



Esperaba que se demorara en encontrarla, pero olvidaba la parte animal de su hermano, quien parecía conocerla también como ella a él.



El sonido de un aleteo logro distraerla, camino hacia la ventana más cercana para observar el dragón de su sobrina sobrevolar la fortaleza.



La delicia del reino.



Daella no reprimió el gesto de disgusto que apareció en su rostro al pensar en aquella mocosa. Odiaba a los niños mimados.

The Dragon PrincessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora