05.

667 45 7
                                    

Sus vidas habían dado un giro de 360°.

Cada que Lucerys salía por las mañanas, en secreto lo miraba desde los balcones. A veces parecía perderlo entre todos los soldados de capas doradas, pero siempre terminaba encontrando a su castaño y lindo prometido. Muchas veces intentaba saludarlo desde ahí, pero sabía que estaba tan concentrado en sus encomiendas que era en vano.

Lo extrañaba cada día, sin falta. Mientras bordaba, mientras bailaba, mientras leía, mientras caminaba por los pasillos con sus damas, lo extrañaba.

Aunque no fuera suficiente, no podía quejarse. Por las tardes, pasaba por todos los pasillos en busca de toparse, a veces funcionaba, otras veces no. Y sin falta visitaba a Arrax en pozo dragón, a veces la vida en el castillo era tan aburrida y monótona que necesitaba sentir su presencia, y aunque Luke no estuviera tanto tiempo como antes, una parte de él si lo estaba, por eso amaba tanto a Arrax cómo a su prometido.

Aquella tarde fue la excepción. En su camino a pozo dragón, un grupo de doncellas y princesas, algunas del sur, otras del norte, muchas del oeste y otras del este de Poniente, parecían buscarla. Y cuando la vieron, dieron un suspiro de alivio.

—¡Princesa!— Grito la que recordaba, era la hija de los señores Lannister. —Te hemos estado buscando por todo el castillo.

—¿Algo pasa?— Preguntó extrañada, ni siquiera sabía a qué se debía la presencia de tantas chicas importantes, mucho menos de por qué la buscaban.

La princesa de nido de águilas, una chica alta, castaña y con nariz aguileña, la tomo del hombro gentilmente.

—Nada importante, solo queremos tomar el "té" y venimos a buscarte.— Le sonrió guiñándole el ojo. —Hace mucho que no estamos reunidas.

Todas se vieron emocionadas, como chiquillas a punto de jugar a las muñecas, como en algún momento lo hicieron. Se dió cuenta que era verdad, no las había visto en años y hasta ese momento se abalanzó a cada una de ellas para abrazarlas con cariño y notar lo diferentes que estaban, más altas, con el cabello más largo, algunas más delgadas, otras un poco más rechonchas, todas preciosas y bellas, tal como una princesa debe de verse.

Se preguntaba si eso pensaban de ella, que lo único que sentía que destacaba de su persona era su cabello blanco... Y tal vez sus ojos.

—Ademas...— Interrumpió sus pensamientos una princesa que con su vestido dorado, cabello castaño oscuro y accesorios exagerados, se sabía desde lejos que era de Dorne. —No todas sabíamos de tu compromiso con el príncipe Lucerys.

Risitas juguetonas se escucharon por todo el lugar, mientras que ella solo sentía su cara hirviendo.

—Yo tampoco sé de sus compromisos...— Dijo intentando evadir el tema.

—¡Entonces vamos!— Gritó la rubia princesa Lannister. —La velada nos aguarda.

♡.

—¡Y así fue como lo conocí!— Sosteniendo su copa de vino, la princesa de Dorne, hiperactiva y siempre risueña, contaba. —Para mi suerte era el hijo de un Lord, de no haberlo sido mi padre tal vez habría iniciado una guerra.— Lanzó una carcajada. —Me enamoré de él apenas lo ví.

Todas rieron felices y sonrojadas por el fuerte vino de Dorne, que con amabilidad, y tal vez con ganas de un poco de información, la princesa se había tomado la molestia de traer.

Cada una contaba sus historias, el único tema y novedad era ese, sus compromisos, sus bodas, sus futuros hijos... Todas estaban comprometidas, esperando ansiosas el "gran día", a excepción de la princesa de Dorne, quien estaba recién casada. Se sorprendió, pues recordó que la última vez que habló con ellas todavía jugaban con muñecas y se trenzaban el cabello entre todas.

A mí princesa 🌷 ; Lucerys Velaryon Donde viven las historias. Descúbrelo ahora