Capítulo 5 - El Gremio de Aventureros

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06:21 AM
-Pueblo de Floria-

Elegimos un hotel bastante discreto. No queríamos ser descubiertos, así que no optamos por algo lujoso, además de que Kara casi no tenía dinero. 

Aún así, puedo decir que dormí cómodo.

Eso sí, esta vez sin Kara intentando partirme la espalda.

Esa noche, todos dormimos en camas separadas, excepto por Aang, él se fue a dormir con Kara a media noche.

Seguro que durmió muy cómodamente.

Creo que el mal del sueño solo funciona con alguien llamado "Jayden"

Salimos del hotel, y nos dirigimos hacia el Gremio local.

La mañana estaba fría y aún era muy temprano, no estaba acostumbrado a este estilo de vida, normalmente me dormía a la hora que quería, y abría los ojos cuando me decidía de que ya había pasado mucho tiempo en mi cama.

Extraño mi cama.

Pasamos de nuevo por la reconocida fuente, y en un abrir y cerrar de ojos estábamos en frente del Gremio de aventureros.

Habían más guardias de lo normal, supongo que regresaron esta mañana.

Hice un intento de entrar, pero la puerta estaba cerrada.

Retrocedí, y volví hacia dónde estaba Kara.

—Oye..., ¿Es mal momento para decir que no he peleado una vez en mi vida? —dije con claro nerviosismo.

—Tú quisiste hacer esta locura ¿Ya te arrepentiste? —preguntó Kara, llena de sarcasmo.

—Me vendría bien un poco de apoyo —desvié la mirada.

Kara se volvió hacia mí, esta vez, mucho más seria que antes.

—Mira, no me hace nada de gracia lo que hiciste ayer, más te vale conseguir el puto mapa o esto no habría sido más que una divertida pérdida de tiempo.

—Al final es solo un mapa ¿no? —dije optimista.

—Es importante, después de todo, lo necesitamos para llegar al viejo hogar de Aang.

Aang estaba perdido en su mirada, quién sabe en qué podría estar pensando.

—Esperen, hay guardias allá dentro —dijo Aang, señalando la puerta del Gremio.

En ese momento, la sombra de un guardia se proyectó a través de una de las ventanas del local.

Estaban dentro.

—Aún son las 6:43, podemos esperar a que se vayan —sugirió Kara.

Asentí, pero noté que Aang estaba absorto en sus pensamientos, mirando a su alrededor con detenimiento, como si estuviera tramando algo.

—Mi padre me llevó una vez a esa tienda —dijo, señalando una especie de tienda de disfraces—. Estaba muy obsesionado con las historias de los guerreros de Flaria, así que quise disfrazarme de ellos.

—Bien, ¿y eso de qué nos sirve? —preguntó Kara, un tanto indiferente.

—Quiere que nos disfracemos, mi querida Kara —dije con una sonrisa.

Ella desvió la mirada, como si no quisiera reconocer que era una buena idea.

—Es un buen plan. Además, no tenemos muchas opciones —admitió finalmente.

Aang nos guió hacia la tienda.

-Recuerdos y más-

Los pasillos estaban llenos de artículos variados, pero la mayoría parecían ser juguetes y disfraces baratos.

Aria: Una Aventura Entrelazada ✨🌌 #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora