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Asintió analizando sus palabras.

- ¿Entonces te quieres ir?

Suspiró - No lo sé- Asintió retirándose, debía darse prisa, antes de que el Omega notara las lágrimas que amenazaban con aparecer.

Al hacerlo lo detuvo - Espere- No quería voltear, sus ojos se habían vuelto brillosos, no quería que notara la tristeza que aquello le provocaba.

Que a pesar de cada carta, cada poema, rosa, cita, regalo o detalle, el Omega aún no lo aceptaba como su Alfa, eso quizás podía entenderlo pero no el hecho de que se quisiera ir sin él.

Lo tomó del brazo ligeramente, detuvo el paso pero no volteó a verlo. - Quiero conocer Alfa, viajar, quisiera seguir con esto- Volteó al fin, sus ojos llenos de ilusión pero también de lágrimas contenidas. Acarició la mejilla del Alfa - Discúlpeme, sólo quiero conocer el mundo.

- Entonces permíteme enseñártelo- sonó a promesa

Sonrió - Eso me encantaría Alfa- Ambos sonrieron cómplices, acarició su espalda comenzando con un beso tierno. El Omega poco a poco fue recargandose en la pared del solitario pasillo. El Alfa continuó besando su mejilla, eso hacía siempre, debía calmarse para continuar. Esta vez el Omega necesitaba más, la decisión ya estaba tomada, lo quería como su Alfa, su Omega interior y él ya lo habían elegido.

Lo tomó del cuello, abrazándolo, este se dejó hacer, aspirando el aroma de su Alfa,nunca lo había hecho, tembló ante el sutil toque de la nariz del Omega en su cuello. Cuando estaba a punto de apartarlo para preguntarle qué quería pedir de cena, el Omega fue más rápido.

Un tenue beso lo tomó por sorpresa, jadeó ante la boquita de su Omega, que ante la aceptación del Alfa, continuó dando besitos en el cuello de su Alfa. Este lo tomó posesivo de la cintura, bajando poco a poco a sus caderas. El Omega se dejaba, sin mostrar resistencia.

De un momento a otro, los besos se convirtieron en lamidas, el Alfa gruñia ligeramente ante la lengua traviesa de su Omega. - Oh Lío- El chico continuó, debía darse prisa, dejó de hacerlo buscando la boca de su Alfa, fue rápidamente correspondido.

Segundos después se quitó , dejando al Alfa aturdido, le sonrió con picardía caminando hacía la habitación del Alfa, este lo siguió como oso a la miel o como cazador observando a su presa, listo para devorarla. Estando dentro el Omega se quitó su suéter, se relamió los labios. Cuando estaban a nada de continuar besándose un aroma aturdió al Omega, volteó hacía el baño, que se encontraba entreabierto.

"¿Ese era aroma a sexo?" caminó rápidamente hacía aquella dirección, el Alfa al percatarse quiso detenerlo, que verguenza.

- A-amor, espera- olía a escencia Alfa, era la escencia de su Alfa, lo entendió, abriendo los ojos de par en par y sonrojándose, se había masturbado, el omega se sintió tan avergonzado por reaccionar así.

- Oh- Sin querer aspiró el aroma, Guillermo al notar que ya no estaba molesto lo tomó de la cintura. Aspirando su nuca, la sensación era placentera, poco a poco comenzó a besar esa parte, el Omega no mostró una negativa, continuó con su labor hasta que se volteó y continuo besándolo, si ya se sentía excitado, ese aroma le había fascinado, apostaba que sería mil veces mejor si él lo provocaba,lo dirigió a la cama, donde el Omega se recostó.

- ¿Estás seguro mi amor?- El otro se mordió los labios asintiendo

- Quiero que me beses, acaricies y me permitas hacerlo, Humm, lo demás podríamos hacerlo en tu celo- Faltaba una semana, asintió con eso le bastaba. Se quitó el sueter recostándose encima de su Omega.

Quiero Pertenecerte (MECHOA AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora