⦿⧽┅┅┅┅┅ ZHANG HAO ┅┅┅┅┅⧼⦿
Sobre la mesa coloqué todas los papeles que se encontraban en la caja. Habían fotos y hojas escritas a mano. También habían dos collares rojos con una placa dorada en el centro. Se veían muy hermosos.
Lo acerqué a mis ojos y noté que tenían unas letras en el centro; "D" en una y "E" en otra. Me preguntaba a quiénes les habrá pertenecido. Pensé en que antes vivía una familia aquí, y que estos dos collares eran de la pareja. No lo descartaba, aún me faltaba por revisar.
Tomé las fotos y analicé cada una de ellas. Eran tres personas: dos adultos y un niño. En todas las fotos parecían disfrutar; en algunas jugaban en el bosque, otras eran dentro de esta casa, pero todas tenían algo en común: las caras estaban rayadas. No se notaba nada del rostro, ni los ojos ni la boca.
Dejé las imágenes y me concentré en los papeles sueltos que estaban escritos a mano. Tenían una muy mala ortografía, pero era entendible. Tanto que me dejó los pelos de punta. Eran amenazas.
"Van a morirse, tú y tu familia. ¿Crees que somos idiotas? Tu juego salió mal. Solo estafas a la gente."
Muchas frases de ese tipo estaban en los papeles. Todos tenían algo que ver con dinero. Amenzaban con matar o hacerle daño a una familia. Algunas hasta contenían palabras muy fuertes que me costaba leer.
Mientras más leía, más me daba cuenta que estaban dirigidas a un hombre. Su nombre parecía ser Wonhyeol. En muchos de estos papeles lo mencionaban. ¿Por qué lo amenizarían? En las fotos se le veía como un hombre amoroso, tanto con su esposa como con su hijo.
Iba a tomar el libro, pero el cuerpo de Hanbin frente a mí captó mi atención. Estaba aún medio dormido, con los ojos hinchados, el cabello despeinado y sin energías; lo comprendo.
Luego de que dejaran a Junhyeon en el ático, la mayoría de fueron a sus habitaciones a dormir un poco y olvidar lo sucedido, mientras que yo me quedé abajo revisando todo lo de la caja.
Ahora él estaba de pie justo en frente de mí, mirándome con esa cara tierna. Sé que no es el momento adecuado, pero podría decir que Hanbin es el chico más adorable del planeta.
— ¿Qué haces? —me pregunta sentándose en un lado.
— Revisando las cosas de la caja. —digo mostrándole las fotos.— Creo que una familia vivía aquí antes. —le explico.
— Ah... —dice aún medio dormido. Sé que está muy cansado y abrumado por todo lo que pasó hace unas horas. Luego le explicaría todo a detalle, no me entenderá bien si le cuento ahora.
Vi como su cabeza caía con lentitud antes de estamparse contra la mesa. Tenía los ojos cerrados y un puchero en sus labios. Muy lindo.
Me acerqué para ayudarlo a levantarse y llevarlo de vuelta a la cama, pero un abrazo de su parte me hizo detener mis movimientos.
— ¿Por qué no te quedaste arriba durmiendo? —le digo con sus brazos alrededor de mi cintura.
— Es que no quería dejarte abajo solito. —no veía su rostro, pero podía jurar que estaba rojo.
— Aww...gracias por preocuparte. —digo picando sus mejillas para molestarlo hasta que escucho a su estómago rugir.— Ahora yo me preocupo por ti. ¿Tienes hambre?
Veo como asiente y me dirijo a la cocina tomando su mano. Ahora que lo noto, Hanbin ha bajado de peso. De hecho, todos hemos adelgazado un poco. Solo hemos estado comiendo un poco de frejoles al día, sumándole el estrés de la situación en esta casa. No quiero que nadie se enferme en estas circunstancias. Sería mucho peor para nosotros.
Hice lo mismo de estos días. Abrí el alacena y busqué las latas de frijoles que mágicamente aparecían, pero al contarlas, me llevé la sorpresa de solo tener siete. ¿De dónde aparecían? ¿Por qué ahora aparece una menos que el día anterior?
Lamentablemente ahora somos solo ocho chicos, pero tenemos una lata de comida menos que nos podría haber servido de mucha ayuda. Ahí fue donde tuve una idea que por más que pareciera tonta, para mí cobraba algo de sentido, pero aún no iba a decirlo. Quería confirmarla con el tiempo.
— ¿Sucede algo? —escucho en medio del silencio, y cuando volteo, me llevo con la imagen de Hanbin dormido sobre una silla y Matthew mirándome confundido.
— Solo hay siete latas. —digo y él se acerca a paso rápido.
— ¿Qué? —susurra al revisar en la alacena comprobando lo dicho. Al no encontrar nada más que las latas contandas; se recuesta sobre la estufa suspirando.— ¿Cómo es posible que de la nada aparezcan estas cosas y ahora se reduzcan?
No sabía que responder. Estaba igual de molesto y confundido al igual que él. Sólo bajé la mirada y él pareció comprender. El silencio cómodo inundó la casa, hasta que unos golpes contra la madera se hicieron presentes.
— No te asustes. —suelta Matthew al ver la expresión en mi rostro.— Son Gunwook y Keita. —al decir aquello sentí como la presión en mi pecho disminuía.— Aún siguen buscando una salida de este infierno.
Esa última oración me hizo pensar en como ellos, a pesar de las circunstancias que vivimos, siguen luchando por sacarnos de aquí. De verdad que valoraba mucho su perseverancia y ayuda.
El día había transcurrido de la forma más simple posible. Keita y Gunwook golpeaban todo a su paso buscando escapatoria. Hanbin se la pasó durmiendo todo el día; debe sentirse muy mal por lo de Jun.
Lo que sucedió en la madrugada nos afectó a todos. Taerae estaba devastado, por eso le dimos la orden a Gyuvin de no sacarle la vista de encima. No salió de su habitación en todo el día, no quería hablar con nadie y lloraba muy seguido. No quiso comer ni mucho menos beber agua. Nos preocupaba a todos, no queríamos que hiciera alguna idiotez.
Aprovechando el silencio en la habitación ya que la noche había caído, saqué el libro y comencé a revisar las páginas. Algunas hojas estaban escritas como si fuera un diario, otras parecían tener cálculos con números grandes. No entendí mucho.
Al pasar las páginas de forma rápida, noté que había un pedazo de una cinta roja que se me hacía familiar. De mi bolsillo saqué los dos collares que encontré en la caja y vi que era la misma cinta. El libro era perteneciente del dueño del collar. Lo dejé a un lado y empecé a leer las hojas escritas en las que me detuve. Era una carta escrita por una mujer.
No supe en que momento cayeron mis lágrimas. Conforme más leía, más trágica era la situación. Me sentía mal por quien lo escribió, pero al menos ya tenía clara algunas cosas.
En el momento en que terminé de leer la carta, un fuerte ruido en el techo me asustó. Busqué con la mirada a Hanbin, pero él seguía durmiendo; sin embargo, Keita despertó, mirándome con la misma expresión que yo tenía en el rostro.
— Si oíste eso...¿verdad? —le pregunto y él asiente.
Ambos tomamos nuestras linternas y salimos de la habitación buscando si es que alguien lo pudo haber causado, pero nada, todo estaba como antes.
Iluminé hacia las habitaciones en donde estaban mis amigos, y me quedé pensando al ver una puerta abierta en particular.
Entré y solo estaba Gyuvin sobre una silla, aparentemente durmiendo, mientras que la cama estaba vacía. Sin ningun rastro de Taerae.
— Arriba.
Escuché sobre mi oído como un susurro. No había nadie detrás mío, pues Keita estaba tratando de despertar a Gyuvin. Miré hacia el techo y pensé en una única cosa: el ático.
Corrí hacia las escaleras con rapidez hasta llegar a la tercera planta ignorando los gritos de mi amigo, que trataba de seguirme el paso.
— ¡Hao! ¡¿Qué haces aquí?! —gritaba Keita recuperando el aliento detras mío.
Pero yo estaba en silencio tratando de asimilar lo que vi. De repente un dejá vú de lo leído minutos atrás llegó se impregnó en mi cabeza.
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𝐒𝐇𝐀𝐃𝐎𝐖𝐒 ═ 𝐡𝐚𝐨𝐛𝐢𝐧
Fanfiction⟪Un grupo de jóvenes varados en el bosque, encuentran una casa abandonada y por idiotas deciden entrar sin saber que les espera.⟫ ➾ Main Couple: HaoBin (Zhang Hao x Sung Hanbin) ➾ Género: Misterio - Romance BL. ➾ Capítulos: 15 capítulos + un epílogo...