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⦿⧽┅┅┅┅┅ ZHANG HAO ┅┅┅┅┅⧼⦿

Los días transcurrieron tranquilos. No ocurrió ningún suceso extraño dentro de la casa por más que se sintiera un aura incómoda. Luego de la discusión nadie volvió a hablar del tema.

Gunwook no nos dirigía la palabra; solo bajaba para ir al baño y recibir su porción de comida. Fuera de eso, él no hablaba con ninguno, pero nadie se atrevía a decirle algo.

Estaba preocupado. En estos últimos días Hanbin despertaba de golpe con la respiración agitada. No me decía nada, pero sabía que le sucedía algo extraño.

Tanta tranquilidad dentro de esa maldita casa me inquitaba. Presentía que algo iba a suceder en el momento menos inesperado. No tenía idea de que hacer para que no ocurriera; estaba asustado.

Traté de despejarme revisando la casa durante el día. Quería darle un buen vistazo en caso que se nos haya pasado algun detalle. La puerta principal se veía normal, pero la manija estaba inmóvil. Ninguna ventana abría por más que aplicaramos toda la fuerza que teníamos. Simplemente extraño.

Mientras revisaba la cocina, dentro de la alacena se encontraban seis latas de la misma comida que consumíamos todos estos días.

Me alarmé al recordar mi teoría: cada vez que abríamos la alacena y encontrábamos una lata de comida menos que el día anterior, era porque uno de nosotros moría. Así fue como sucedió con Taerae y Junhyeon.

Estaba asustado, no quería que otra desgracia más sucediera. No soportaría perder un amigo más. Iba a subir al segundo piso y buscar a Hanbin para explicarle lo que creía, hasta que sentí una mirada sobre mí.

Giré mi cuerpo y no había nadie. De pronto, detrás mío sentí una brisa helada haciéndome saltar. Volví a girar y había el mismo resultado: nada.

Sube.

Escuché a metros de donde me encontraba. Pensé que podría ser uno de los chicos que me llamaba desde el segundo piso.

Subí las escaleras, pero en cada escalón que pisaba, un frío intenso se sentía por todo mi cuerpo. Comencé a temblar. Ya arriba, nadie estaba presente. Las puertas de las habitaciones estaban cerradas, menos una en específico.

La puerta del final estaba un poco abierta, pero no tanto como para dejar ver su interior. De pronto, otra vez se volvió a escuchar la voz que me llamaba.

Ven.

─ ¿Hanbin? ¿Matthew? ¿Yujin? ─pregunté pensando que era alguno de ellos quien me llamaba, pero nadie respondía.

Me di media vuelta, regresando por donde había subido. Sin embargo, un golpe sobre mi cabeza hizo que cayera sobre el suelo, mientras veía como aquella silueta tiraba de mi cuerpo hasta que todo se volvió negro.

𝐒𝐇𝐀𝐃𝐎𝐖𝐒 ═ 𝐡𝐚𝐨𝐛𝐢𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora