13- El demonio de mi parálisis del sueño ha venido a buscarme al ascensor

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Lo único que nos permitía vernos entre nosotros era la luz de emergencia.

—Es mucha casualidad que se vaya la luz justo después de que un compañero ha sufrido un ataque cerca del hotel, ¿no? —Mika fue el primero en romper el silencio, ojeando el techo del ascensor en busca de una salida.

Podíamos escuchar cosas que estaban pasando fuera pues el agujero servía de altavoz de posibles conversaciones en los pasillos.

Parecía que el Artic se había quedado sin suministro eléctrico de repente. No había luz en ninguna de las plantas, la seguridad había caído y los sistemas de brújulas habían sido desmagnetizados. Estábamos por nuestra cuenta.

—Tenemos que salir de aquí —murmuré. Lea ya se había puesto a ello. Es una persona práctica que siempre lleva encima cosas como pañuelos, caramelos de menta y, en este caso, un boli.

Estaba comprobando cómo de resistente era antes de pedirle a Mika que la subiera a hombros.

Lada y yo nos apartamos al fondo del ascensor para dejarles espacio.

Se podían escuchar a los médicos del sótano pedir a gritos que alguien sacase los sistemas de reserva. Debían tener a alguien en estado crítico y no se podían permitir la falta de electricidad. Me sorprendió preocuparme genuinamente porque Haedal estuviera bien. Había venido hecho un asco pero no tanto como para eso. Me intenté convencer de ello y observé cómo mi amiga usaba el boli para desatornillar la pequeña puerta de evacuación del techo. Era costoso porque no estaba empleando la herramienta adecuada, pero Lea era conocida por su increíble paciencia y yo tenía fe en ella.

Entonces empezaron los disparos.

Sabía de facto que los huéspedes no eran tan estúpidos como para empezar a matarse entre ellos aprovechando que se había ido la luz; todos respetábamos lo máximo que nos permitía nuestro orgullo las normas antiviolencia del hotel.

Lo que significaba que esos disparos iban dirigidos a otro objetivo.

—¿Qué es esa cosa? —me pareció distinguir que preguntaba alguien. Acto seguido, más disparos me impidieron conocer una posible respuesta.

—¡Ha desaparecido! —gritó otra, aunque parecía más una advertencia que otra cosa. El estruendo no paraba; cristales rotos, tiros, juramentos y muchos gritos.

Los cuatro del ascensor, por el contrario, casi ni respirábamos. Lea y Mika concentrados en abrir la escotilla, Lada y yo tratando de escuchar algo que nos diera una pista de qué ocurría en el resto del edificio.

Dos tornillos cayeron al suelo. Había conseguido soltar uno de los lados, pero no era posible destapar el hueco todavía. Íbamos a necesitar más tiempo y yo podía sentir los latidos de mi corazón en la garganta.

—Cuando salgamos de aquí vamos a nuestras habitaciones, estamos todos desarmados —escuché a Lada decir junto a mí. Coincidí con ella. No era habitual cargar nada que pudiera ser peligroso encima cuando estabas en horas de descanso así que íbamos todos con las manos vacías.

Ahí fue cuando el estruendo principal, proveniente suponía que de la planta calle, cesó.

La chica de cabello rosado y yo levantamos la cabeza al mismo tiempo, Mikaela intercambiando una mirada con ambas. También se había dado cuenta.

La luz de emergencia era débil y dificultaba la tarea de quitar los tornillos pero Lea consiguió tirar otro más al suelo, rompiendo el silencio que reinaba entre nosotros. Nuestras respiraciones parecían demasiado fuertes incluso para la situación.

Yo no fui la primera en verla pues apareció detrás de mí. Fue Lada, quien primeramente frunció el ceño y se acercó a una de las esquinas inferiores del ascensor sobre la que yo estaba proyectando mi sombra. Al no poder ver bien, me apartó a un lado haciendo que yo también me girase a ver qué ocurría. No había nada. La melliza se encogió de hombros y se volvió a incorporar, poniéndose de nuevo a mi lado para seguir viendo como Lea intentaba deshacerse del último tornillo. Parecía especialmente oxidado y no cedía tan fácilmente como los anteriores. Mika debajo de ella también parecía ya cansado de sostenerla y no paraba que cambiar la posición de sus brazos para descansar un poco la espalda.

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⏰ Última actualización: Feb 06, 2023 ⏰

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Sangre Roja [TN#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora