AlFA RIFTAN: LA MALDICIÓN DE LA LUNA.

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CAPÍTULO 1.

Nací y crecí en una familia llena de fama y dinero, con amor y sabiduría, nunca me hizo falta nada y tampoco pedía de más. Mientras iba creciendo me di cuenta que no todo el mundo era seguro, que no sólo existíamos nosotros en esta tierra, que existían seres peligrosos que atentaban nuestras vidas y esos eran los vampiros, seres que mataban a las personas para saciar sus hambrientos deseos, sin ningún respeto y protección de su propia raza y entre ellos también existían los hombres lobo, personas que vivían entre los humanos siguiendo sus leyes y tradiciones para mezclarse y no ser descubiertos para vivir una vida llena de paz y tranquilidad.

Llegué a mis veinte cinco años y estaba estudiando en la universidad, mi carrera… Artes, no importaba lo que hiciese siempre eran cuadros sobre mis sueños o eso creía hasta que lo conocí y desde entonces mi vida se ha convertido en una completa aventura de amor, lujuria y acción.

Debo recuperar a quien soy en realidad y tal vez esa maldición llegue a su fin...

“Ella volverá cuando el mundo sea perfecto para su llegada… Eso fue lo que dijo la Luna…” Limpié la barra de preparación.

He estado esperando su llegada todo este tiempo con la esperanza de tenerla entre mis brazos, pasaron un par de años y creí que ella regresaría, no me importaba el cómo fuera, pero quería verla una vez más… Suspiré. Desde entonces he estado esperando casi doscientos años y no la he sentido en ningún lado, un día normal limpiando y haciendo mi trabajo, cuidando a la manada en las sombras de la sociedad humana y un escalofrío anormal sintiéndose por la espalda, entonces lo supe… “¿Pasó algo papá?” Miré a Lawrence sorprendido. “Ella regresó… ”

“Entonces durante la guerra se llegaron a ocupar armas de…” Suspiré. Una vez más la clase de historia con la maestra Eleonor, una mujer divorciada y sin hijos que no hace más que regañar a todo aquél que haga algo que no le gusta aun así no estés en su clase. “Y creo que la señorita White tiene algo que decirnos, ¿Verdad señorita?” Me sorprendí, de repente todos me estaban viendo, me sentí nerviosa y me paré. “Ammm” No sabía qué decir y miré al pizarrón, entonces miré algo que me era conocido. “La guerra de Pascua” Murmuré. “¿Perdón?” La maestra me miró fijamente, me sentía aún más nerviosa con ella viéndome, pero respiré profundamente y me relajé. “La guerra de Pascua sucedió hace casi doscientos años y se cree que fue ocasionada por una disputa entre los ciudadanos de una ciudad ya desconocida del continente del Este” La maestra caminó a mi alrededor un poco sorprendida y competitiva. “Muy bien ¿Y por qué empezó esa disputa? ¿Qué condenó a toda una ciudad a quedar completamente deshabitada?” Ella se acercaba demasiado a mí y me hacía sentir cada vez más incómoda. “Se dice que fue una pelea por corrupción, pero no se sabe la razón realmente” Ella me seguía rodeando y yo sólo la veía de reojo. “Muy bien señorita, puede sentarse, seguiremos con la clase…” Caminó hacia el pizarrón pero se detuvo por un momento y me miró con disgusto. “Sólo espero que deje de distraerse, no me quiero ver en la penosa obligación de llamar a sus padres” Ella continuó caminando mientras sentía un gran golpe en el pecho.

La Familia White ha sido parte de una línea llena de personas llenas de talento y sabiduría, mis padres, Celen y Erick White eran unos actores muy importantes y decir eso era poco, no había persona en el mundo que no los conocieran por sus grandes habilidades de actuación, pero pocos sabían que tenían una hija y entre ellos se encontraban los maestros de mi universidad. “Eso no pasará Maestra Eleonor” “Eso espero” La clase continuó de manera aburrida, no importaba lo que hiciera para evitar dormirme simplemente no lo lograba. La chicharra sonó y me desperté de golpe, todas las personas comenzaron a salir y me quedé hasta que sólo quedamos la maestra y yo, me acerqué a su escritorio y dejé mi tarea encima, caminé hacia la salida, pero antes de llegar a la puerta la maestra me habló. “Deberías dejar de holgazanear en clases” Me detuve y me di la vuelta. “Lo siento maestra pero…” “Pero ya sabes todo sobre historia y siempre apruebas los exámenes, eso ya lo sé” Sonrió. Sonreí, en realidad la señora Eleonor no era una persona mala, simplemente no le gustaba que las personas fueran holgazanas. Le respondí con una sonrisa y después se dispuso a limpiar el pizarrón, salí del salón y me dirigí hacia el campus, los chicos y chicas a mi alrededor se la pasaban hablando sobre sus problemas, una chica que no había tenido seño durante un tiempo con su novio y que tenían una mala relación, si supiera que su novio estaba saliendo con una chica de intercambio desde hace dos meses no seguiría llamándole de manera tan melosa. Podía escuchar a todos a mi alrededor, había nacido con un don muy peculiar, podía escuchar a todos a mi alrededor no importaba que tan lejos se encontraban y podía ver a la lejanía, podía ver otros salones con tan solo ver por la ventana del salón, así es como me enteraba de algunos temas por adelantado y me daba una ventaja sobre mis compañeros. “Deberías intentar llegar a Lizeth, tiene un cuerpo que te mata…” “No sé, nadie ha podido llegar a ella nunca…” “Debes intentarlo, así ella podría pasarnos las tareas si sales con ella…” “Lo intentaré…” Una plática entre idiotas. Estaba caminando por el campo de entrenamiento y uno de los chicos del equipo de futbol americano se me quedó mirando, era un tipo alto y un poco fornido, tenía el rostro delgado y cabello de color marrón al igual que sus ojos, se acercó a mí mientras trotaba y cuando quedo justo delante de mí me impidió caminar. “Hola” Lo ignoré y me hice a un lado para seguir mi camino, pero él me siguió y se volvió a poner enfrente de mí. “Perdón si te molesto pero me llamo Aleck” Su voz era ligeramente gruesa. “Si genial, ahora con tu permiso me tengo que ir” Le hablé con indiferencia y lo evadí para seguir por mi camino, él me dejó de seguir pero pude escuchar una leve risa que venía de él y sus amigos acercándosele. “¡Wooo! ¡Amigo, nunca te había visto perder a una hembra así de fácil, ella ni se inmutó con tu presencia!” Ellos se reían de forma muy ruidosa. “Ella es diferente amigo” “¿Diferente?” “Si…” Continué mi camino hasta llegar a un ala alejada de la universidad, ahí se encontraba la mayor tranquilidad del universo, pocas personas se acercaban ahí y por eso ahí se daban las clases de artes y dibujo. “Hola Lizeth” “Hola Caroline” Entré a mi salón y ahí se encontraba Caroline con su delantal y su cuadro a punto de pintar, ella era una de mis compañeras y se podría decir que mi única amiga de la universidad. “¿Lista para pintar?” Esa gran sonrisa en su hermosa piel morena me daba tranquilidad. “Eso espero” Puse mis cosas en un pequeño casillero con mi nombre y saqué mi delantal y un pincel delgado junto con unos más grande, me acerqué a el lienzo y me senté frente de él. “¿Pintarás algo nuevo?” Me puse el delantal y sujeté mi largo cabello blanco. “No lo sé” Los ligeros rayos de luz daban a mi rostro y cuerpo, me hacían sentir cálida y con gran tranquilidad, miré el lienzo y tenía pintado gran parte del dibujo, una noche oscura en un bosque, un círculo de piedra y una luna brillante, un dibujo que llevaba casi dos semanas dibujado. “Espero ver tu pintura cuando la acabes” Sonreí ligeramente. “Espero terminarla” Agarré una paleta de mezclas y coloqué diferentes tonos de pintura.

LA MALDICIÓN DE LA LUNADonde viven las historias. Descúbrelo ahora