CAPÍTULO 19.

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Llegué a casa y todos se encontraban ya dormidos, al llegar a mi habitación me encontré con el informe del día de hoy sobre mi mesa de estar, me di un baño, me coloqué una bata y me puse a leerlo mientras me acomodaba entre las cobijas.

Me quedé completamente dormida, al día siguiente al despertar me di un baño, me cambié y bajé al comedor donde ya se encontraban mis padres desayunando. "Buenos días querida" Dijo mi madre. "Espero que hayas tenido una buena noche. No vimos cuando regresaste" Dijo mi padre mientras daba un bocado de su desayuno y me senté frente a ellos. "Estuve trabajando hasta tarde, ayer firmé un contrato para realizar unas ilustraciones para un juego que se lanzará pronto" Dije mientras estaba recibiendo mi desayuno. "Me parece perfecto hija" Padre me miraba con una gran sonrisa.

El desayuno siguió sin problema, después de eso decidí ir al estudio a seguir con mi trabajo, Caro llegó al poco tiempo. "Hola Liz" Entró y se acomodó en su escritorio. "Hola Caro, buenos días" Me acerqué a ella. "Caro ¿Crees que hoy te pueda encargar cerrar el estudio?" "Claro, confía en mí" Sonreí. "Perfecto"

Ambas seguimos con nuestro trabajo hasta que una alarma en mi celular me sacó de mi concentración, ya eran las 6 de la tarde y tenía que regresar a casa para arreglarme, me despedí de Carolina y volví a casa. Mi madre estaba siendo asistida por Emili, pues le estaba ayudando a colocarse un vestido un poco ajustado de color vino y unos tacones del mismo color. "Se ve muy hermosa madre" Entré a la habitación y me senté sobre su cama. "Es realmente molesto tener que vestirse así en cada gala" Se estaba arreglando el cabello con piedras de rubí y pequeños diamantes. "Sólo es un día, sé que podrán con esto" La miré y escuché un par de pasos venir de afuera de la habitación. "Te vez hermosa cariño" Mi madre volteó y vio a mi padre recargado en la puerta, él se acercó a ella y salí de la habitación. Admiraba la relación que ambos tenían, nunca había visto a dos personas que se amaran de la misma forma que ellos dos, regresé a mi habitación y me esperaba Janeth con un vestido color esmeralda y un par de tacones de color nude que tenían unas grandes plataformas. "Espero que esto sea de su agrado señorita" "Me daré un baño primero" Me retiré la ropa y me dirigí a la bañera, ya se encontraba el agua preparada, al salir Janeth me ayudó a vestirme. "Sus pantis son de tela invisible" Me los puse y miré en busca del sujetador, pero no lo veía por ningún lado. "El vestido es escotado de arriba con tirantes entre el antebrazo y el hombro, por lo que no llevará sujetador" Suspiré y dejé que me ayudara a ponérmelo, no tenía idea de cómo era en realidad, me acerqué al espejo y me sorprendí al verlo. "¿Es enserio?" Janeth asintió. No podía creer lo que llevaba puesto. "Un trapo me cubriría más que esto" El vestido que llevaba era de lentejuelas color esmeralda con un escote en forma de corazón en el frente y un escote hasta la cintura en la espalda, además de que tenía una abertura en la pierna, no podía entender la razón de ocupar un vestido tan revelador, me quedaba ajustado a mi busto y cintura, lo único que agradecía es que era un poco amplio en la parte de abajo. "No puedo creer que hayas elegido semejante vestido" Me senté frente al tocador y ella se acercó para arreglar mi cabello. "No he sido yo señorita" Cepillaba mi cabello. "¿Quién ha sido" "Su madre señorita" Pude sentir una ola de penumbra pasando sobre mí, mi madre tenía un estilo un poco diferente a mí, mi madre vestía de forma atrevida pues le encantaba vestir de esa manera y mi padre se lo permitía, pero yo era un poco más conservada, me sentía un poco rara e incómoda por vestir así. "¿Debería hacerle una coleta o quiere llevarlo suelto señorita?" Mi cabello era realmente largo y bien cuidado, sería un pecado no lucirlo. "Sólo lleva mi cabello hacia atrás y sólo deja un par de mechones a los lados, además dame un par de pendientes de esmeralda en forma de gotas de agua, un collar discreto que combine con los pendientes y una pulsera plateada" "Sí señorita" Me puse todo y me paré frente al espejo, a pesar de que no me sentía tan cómoda me gustaba el cómo me veía. "Sólo falta un bolso" Janeth se acercó con un bolso pequeño de mano color plateado. "Perfecto" "Sus padres la esperan en la puerta principal señorita" Dijo Janeth. "Entendido"

LA MALDICIÓN DE LA LUNADonde viven las historias. Descúbrelo ahora