CAPÍTULO 9.

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"Debería estar por aquí... ¡Aquí está!" '¡Lo encontraste!' "¡Cállate, si te escuchan nos meterás en problemas!" 'Lo siento' Miré a mi alrededor y no había nadie, así que dejé salir un profundo suspiro. "Tenemos suerte, no hay nadie aquí" Agarré un gran libro sobre las criaturas místicas de la historia. Había llegado a la biblioteca de mi padre, él y madre tenían que ir de nuevo a trabajar de último momento. "Lo siento cariño, pero tu padre y yo tenemos que ir a trabajar, regresaremos en un mes" La abracé. "No te preocupes por mí, estaré bien" Ella me abrazó fuertemente y después entró al auto junto con mi padre...

"Debe venir algo sobre los lobos y el cómo son" '¿Por qué iniciarás con los lobos?' "Tú eres un lobo, es normal que inicie por ahí" '¡Oh! Cierto' Ojee todo el libro sin encontrar respuesta alguna, hora tras hora, libro tras libro y nada venía, no encontraba la respuesta ante mi pregunta ¿Qué demonios era yo? ¿Por qué tenía a un lobo en mi interior y no sabía que siquiera existía? Los libros hablaban de que era normal que los niños lobo podían tener su primera manifestación a los quince años, pero no que podía ser después, incluso había veces que ellos se convertían aun siendo niños pequeños, sus habilidades eran diferentes a las de una persona normal, salud sobre humana, era casi imposible que se enfermaran y su regeneración era casi inmediata, la fuerza era inmensa y eran capaces de pelear e incluso de ganarles a los vampiros en su forma lobuna, tenían una visión y olfatos al igual o mejor desarrollados que los de un lobo normal, Simplemente eran criaturas increíbles. "Los humanos pueden comunicarse con sus lobos a través de sus pensamientos y así mismo con otros lobos y hombres lobo..." '¡Eso significa que no tengo que callarme cada vez que un humano esté cerca, él no será capaz de escucharme!' Ella se escuchaba tan feliz y emocionada. "Así parece, será más fácil hablar así entre nosotras" Seguí buscando entre los libros de la biblioteca hasta que mi vista quedó completamente agotada. Me recargué en la mesa y dejé salir un profundo respiro. "Esto es un completo fracaso, no encontramos nada sobre hombres lobo en una familia humana" 'No, los únicos que podrían ser hombres lobo eran personas descendientes...' Ahí una idea vino a mi mente. ¿Y si tenía un descendiente que fuese un hombre lobo? ¡No! No es normal que un hombre lobo estuviera con una humana, ellos tenían una manera especial de reconocerlos, los aromas y percepción lobuna eran las maneras de reconocer a su pareja, así que los humanos al no tener un aroma especial o una conexión con sus lobos era imposible que estuvieran juntos. Mi mente estaba llena de diferentes ideas y teorías, estaba inmersa en mis pensamientos que escuchar la puerta siento golpeada me asustó. "¡Señorita, es hora de la cena, lleva todo el día encerrada en la biblioteca y le hará daño no cenar nada!" Miré a través del ventanal de la biblioteca en forma de luna llena y estaba obscuro el exterior. "Llevamos demasiado tiempo aquí dentro" Murmuré. 'Tengo hambre Liz' Sonó mi estómago. 'Creo que seguiremos con nuestra investigación mañana, por ahora iremos a comer' '¡Genial!' Reí torpemente mientras me acercaba a la puerta, la abrí y lo que pude ver era una mujer joven de baja estatura y cabello castaño que me miraba fijamente a los ojos. "Señorita es hora de que baje a cenar" Ella me seguía viendo fijamente y no parecía tratarme con respeto, evité su mirada y comencé a caminar rumbo al comedor sin prestarle atención. Ella me venía siguiendo sin decir ni una sola palabra, cuando llegué varios platillos se encontraban ya servidos, me senté a la cabeza de la mesa y algunas sirvientas no tenían reacción alguna, pero entre ellas pude darme cuenta de las reacciones que tenías, como si les molestara que me sentara en el lugar de mi padre. 'Genial, ni en mi propia casa me respetan' '¿No notas algo raro en ellas Liz? No las recuerdo' '¿Serán nuevas? Ahora que lo mencionas, no recuerdo haber visto a algunas de las sirvientas más grandes de la mansión, seguramente ya se jubilaron pero... Sonreí mientras me tapaba la boca con la mano. 'Debieron de haber aprendido quien soy yo' Al terminar de comer decidí ir hacia el invernadero de mi madre, estaba un poco alejado de la mansión y estaba prohibido entrar ahí para las sirvientas. 'El invernadero de cristal' Lo podías ver a lo lejos y reflejaba pequeños rayos de la luz de la luna dando la impresión de que era un enorme diamante. Estaba cerca del invernadero cuando escucho risas dentro, me esperé en la entrada escuchando lo que decían. "El señor es un hombre muy apuesto, no sé qué hace con una mujer tan grande como ella, estaría mejor con una mujer más joven como yo" '¡Esa maldita perra! ¿Cómo puede pensar eso de mi madre?' "Al menos la señora sólo ha estado con el señor toda su vida, no es como tú que has estado con todo el personal masculino de la mansión" La otra mujer se burlaba y reía. "¡Ya verás, ese hombre caerá ante mis pies y todos aquí, incluyendo tú tendrán que servirme" ¡TÚ PUTA SIRVIENTA, NO DEJARÉ QUE TE METAS CON MI FAMILIA! '¡Debemos matarlas!' Saye estaba realmente molesta, pero yo no era diferente, tenía ganas de convertirme en un lobo enorme y morderlas hasta que dieran su último aliento...

LA MALDICIÓN DE LA LUNADonde viven las historias. Descúbrelo ahora