Rose

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A la mañana siguiente me desperté y noté un brazo agarrándome. Abrí los ojos y no reconocí la habitación. Miré hacia abajo y vi que estaba completamente desnuda. Me giré con cuidado y vi a Ezra durmiendo pacíficamente.

Me quedé mirándole por un tiempo hasta que el abrió los ojos.

-¿Te duele la cabeza?- El me preguntó.

-Un poco.- Dije.

-Voy a por alguna medicina.- Dijo el levantándose de la cama. El también estaba completamente desnudo. Se puso un par de calzoncillos y salió de la habitación.

Una vez que Ezra se fue todos los recuerdos volvieron a mi mente y yo sonreí.

-Acabo de ver un mensaje, mi madre está trayendo a Rose ahora.- Ezra dijo dándome un paracetamol y un vaso de zumo sabiendo que no me gustaba tomarme las pastillas con agua.

-Será mejor que me vaya, entonces.- Le dije.

-No, no te vayas.- El me pidió.

-¿Al menos me dejas vestirme?- Le pregunté sonriendo.

-No.- El me dijo en broma. Los dos nos reímos y me puse el pijama que me iba a poner anoche.

Ezra y yo salimos de su habitación y nos preparó el desayuno.

-¿Papi?- Escuchamos una voz y unos segundos después pasos.

-En la cocina, cariño.- Ezra dijo levantándose de la silla donde estaba sentado.

-Hola, papi.- Rose dijo abrazándole aún sin darse cuenta de que estaba allí.- ¿Dónde está la abuela?- Le preguntó.

-Está hablando con la vecina, pero yo te echaba mucho de menos.- Ella le contestó y entonces me miró.- ¿Señorita Aria?- Ella me miró sorprendida.

-Hola, Rose.- Dije sonriendo.

-¿Qué haces aquí y porqué llevas el pijama de mi papá?- Ella me preguntó.

-Rose, Aria está aquí porque no podía entrar en su casa y me la encontré caminando sola a un hotel y la dije que viniera a dormir a casa.- Ezra le mintió. No tenía que saber que había estado en un bar y que después pasó lo que pasó.

-Mi papi es un caballero.- Ella me dijo riéndose.

-Será mejor que me vaya, no quiero molestar.- Dije.

-No señorita Aria, quédate aquí.- Rose dijo poniendo un puchero. No debí haberle enseñado ese truco.

-Está bien.- Dije cogiendo mi teléfono y mirándolo. Tenía 20 llamadas perdidas y 50 mensajes.- Dios, Spencer y Hanna se deben de estar volviendo locas.- Dije abriendo los mensajes. Leí todos, pero el que más me llamó la atención fue el que me mandó Hanna.

HM: Ten cuidado con Fitzy no queremos un nuevo hermanito para su hija. Llámanos en cuanto te despiertes, Spencer se está volviendo loca pensando que Ezra se va a aprovechar de ti.

Me reí y Ezra y Rose me miraron.

-¿De que te ríes, señorita Aria?- Rose me preguntó.

-Rose, mientras no estemos en clase me puedes llamar Aria.- Le dije sonriendo.

-Mejor, porque me canso de decirte señorita Aria.- Ella me dijo sonriendo.- Ven, te enseñaré mi habitación.- Dijo ella cogiéndome de la mano.

Cuando entramos ella me miró y me sonrió.

-¿Te gusta?- Ella me preguntó.

-Me encanta.- Dije.

-¿Mira te voy a enseñar algo que encontré ayer mientras buscaba una cosa para mi abuela.- Ella dijo abriendo uno de los cajones. Sacó una caja y me la dio. Nos sentamos en su cama y la abrí. Dentro había muchísimas fotos de Ezra y mías. Pero había algo más, una cajita de terciopelo azul, tenía miedo de abrirla.

Reunidos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora