Hospital.

520 24 1
                                    

 Cuando Ezra entró en la habitación y vio a Rose me sonrió.

-Te ha cogido cariño.- Me dijo.

-Y yo a ella.- Le contesté acariciando la mejilla de Rose.

-¿Estás mejor?- El me preguntó sentándose en la silla que había al lado de la cama.

-Si.- Le dije.- Aunque tengo algo de hambre.- Susurré.

-¿Quieres que vaya a por algo de comer? Puedo ir al chino, se que te encanta la comida china.- El me dijo sonriendo.

-Me encantaría, pero no quiero molestarte.- Le dije.

-No lo haces, traeré comida para todos. Spencer y Hanna están viniendo.- El me dijo dándome un beso en la frente.

Unos minutos después de que Ezra se fuera Spencer y Hanna entraron en la habitación.

-¿Qué ha pasado?- Spencer me preguntó preocupada.

-Solo ha sido un ataque de nervios.- Dije.

-¿Y qué te lo ha provocado?- Hanna me preguntó.

-Esto.- Dije enseñando el anillo.

-¿Te ha pedido matrimonio?- Spencer se llevó a la boca.

-No, el... el iba a pedirme matrimonio. Pero le dije que se marchase.- Dije y una lágrima salió de mi ojo.

-¿Y como has encontrado el anillo?- Hanna me preguntó.

-Rose me enseñó una caja llena de fotos mías y de Ezra. En ella estaba el anillo dentro de su caja.- Le contesté.

-Hablando de Ezra, ¿donde está?- Me preguntó.

-Ha ido a por algo de comer.- Dije.

-Supongo que va a tardar en llegar. ¿Qué pasó anoche?- Hanna me miró con una sonrisa traviesa.

-¿Podemos de hablar de ello cuando no haya una niña pequeña en mis brazos?- Pregunté riéndome.

-O sea, que pasó algo.- Spencer dijo.

-Si, si que pasó algo.- Dije.

-Aria y Fitzy debajo de un árbol...- Cantaba Hanna.

Cuando llegó Ezra de por la comida despertamos a Rose y nos pusimos todos a comer.

-¿Rose, cuantos años tienes?- Preguntó Hanna.

-Tengo 5, pero estoy apunto de cumplir los 6.- Ella contestó sonriendo.

-¿Te gusta leer como a tu papá?- Preguntó Spencer.

-Me encanta leer. Papá y yo tenemos un día en el que los dos nos vamos a la biblioteca y leemos hasta que cierran.- Ella dijo abrazando a Ezra. Yo les sonreí y seguí comiendo.

-¿Qué tal la vida en la universidad?- Preguntó Ezra.

-Muy buena, aunque todas teníamos parejas y no salíamos de fiesta si no era con nuestros novios.- Dijo Hanna. Ezra me miró,

-Todas tenían pareja, menos yo.- Ella me dijo.

-Y en la universidad Aria se convirtió en la solitaria Aria. Había veces que se negaba a salir con nosotros y se quedaba en su habitación leyendo o haciendo sus cosas.- Explicó Spencer.

-Está bien, no habléis de mi vida en la universidad. Es lamentable.- Dije dejando mi plato encima de la mesa que había para la cama.

Cuando llegó la noche Ezra y las chicas empezaron a pelearse por quedarse conmigo. Todas se querían quedar pero solo podía uno.

-Mi papá se debería de quedar.- Dijo Rose parando a Spencer, Hanna y Ezra de hablar. Se acercó a Hanna y Spencer y les dijo algo en el oído.

-Está bien, Ezra puedes quedarte con ella. Pero solo con una condición.- Dijo Hanna.

-¿Cuál?- Preguntó Ezra levantando una ceja.

-Rose se viene con Spencer y conmigo para pasar una noche de chicas y por la mañana ir de compras.- Dijo Hanna sonriendo.

-¿Por fa, papi?- Dijo Rose poniendo un puchero.

-¿Te portarás bien?- El la preguntó.

-Siempre me porto bien, papi.- Ella dijo.

-Está bien.- El dijo dándole un beso en la mejilla.

-¡BIEN!- Gritó Rose felizmente. Ezra sacó dinero de su cartera y se lo dio a Hanna.

-Que se compre lo que quiera, pero que no le falte dinero.- El le dijo.

-Claro, no te preocupes. Estará bien con nosotras.- Dijo Spencer sonriendo. 5 minutos más tarde salieron de la habitación con Rose estática en los brazos de Hanna.

Nos trajeron la cena y Ezra y yo cenamos tranquilamente mientras veíamos la tele. Aún no habámos hablado de lo que sucedió anoche, tenía miedo de que se arrepintiese. Yo no me había arrepentido de lo que hicimos, esperaba que por fin tuviésemos nuestro final feliz.

-¿Ezra?- Levanté la mirada de mi comida.

-¿Qué pasa?- El me preguntó mirándome.

-¿Te... te arrepientes de lo que pasó?- Le pregunté tímidamente.

-No, no lo hago. ¿Tu te arrepientes?- El me miró a los ojos con una mirada intensa.

-No, nunca había tenido una noche tan buena desde hace mucho tiempo.- Le dije.- Desde que empezamos a pelear no he dormido bien. Llevo 6 años sin casi dormir, no me gusta salir con chicos y no me gustaba salir de fiesta con mis amigas y sus novios. Siempre estaba pensando en como estabas, que estarías haciendo o que estarías haciendo si yo no te hubiese gritado.- Le dije.

-Me fui porque pensé que si me iba te haría feliz. Ahora veo que no es cierto.- El me dijo dándome un beso.

-Te quiero tanto.- Dije devolviendo el beso.

-¿Llevas puesto el anillo?- El me preguntó.

-Rose me lo ha traído. Quería que me lo pusiera.- Le dije.

-Queda más bonito en tu dedo que en la caja.- El me dijo.

-Es precioso, Ezra.- Le susurré.

-No tan precioso como tu.- Sonrió.

Más tarde en la noche las enfermeras trajeron una manta y una almohada para Ezra. Pero yo no iba a dejarle dormir en el sofá, tenía pinta de ser incómodo.

-Ven, Ezra. Quiero que duermas conmigo en la cama.- Dije haciéndole un hueco.

-No quiero molestarte, necesitas descansar.- El me dijo.

-Si no duermes conmigo estaré preocupada de que te hagas daño en ese sofá y no podré dormir. Ahora, súbete a esta cama y acuéstate conmigo, Sr. Fitz.- Le dije. El se levantó del sofá y se tumbó a mi lado. Enseguida me acurruqué en el y suspiré mientras escuchaba los latidos de su corazón.

-Así mejor.- Dije antes de quedarme dormida en sus brazos.

-Te quiero, Aria.-  

Reunidos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora