Para Julián, Paulo y Lisandro la clase de química era la peor, la profesora explicaba el mismo tema todo el año y para colmo no lo entendían por lo que habían dejado de prestarle atención a la mujer que estaba a nada de jubilarse.
-¿Vienen a comer?- preguntó Lisandro jugando a los jueguitos que Paulo tenía en el celular.
-De una- contestó Julián tratando de hacer un barquito de papel.
-Hermano sos malísimo- se quejó dybala sacandole el papel y armando el barco en dos segundos.
-Disculpalo, es licenciado en origami- rió Lisandro.
-Y vos licenciado en romper los hue..
-Pasen chicos- habló la profesora y miraron a la puerta; Enzo y su grupo.
-Hola profe- saludó Fernández. -Venimo' a hablar del centro de estudiantes- habló Enzo y Julián se sorprendió porque este formase parte.
-Bueno chico' nosotros somos del centro de estudiantes y queríamos explicarles un toque lo que es y si se quieren meter- explicó Cristian hablando dudosamente.
-'Ta lindo- susurró Lisandro mirando a Julián.
-Lo primero que queremo' decir es que nosotros los representamos y les hacemos llegar a los directivos sus inquietudes y todo eso- habló Otamendi.
-Si se quieren unir sepan que no es para no hacer nada, ponele- susurró lo último la morocha mientras Enzo hacía montoncito con la mano. -Y nada, hay varias secretarías como ambiente, deporte, recreación, finanzas y otras que no me acuerdo- explicó en medio de un bostezo.
-No saben un carajo- rió Paulo hablándole a sus amigos.
-¿Y si nos metemos?- propuso Julián haciendo reír a Lisandro.
-Vos querés meterte porque está el turro ese- negó riéndose.
-Bueno eso, chau chico', cualquier cosa me escriben- sacó la lengua Enzo riendo.
-Escriben al instagram del centro- habló Leandro rodando los ojos.
-¡Chau profe, gracias por el tiempo!- habló Nicolás mientras todo el grupo se retiraba.
El grupo salió riéndose simplemente por que sí y siguieron recorriendo la escuela para perder tiempo de la clase de matemática a pesar de ya haber dado todas las charlas que les tocaban.
-¿Nos vamo' al río a la salida?- preguntó Leandro mientras caminaban.
-Por mí sí, compramos unos pebetes en lo de la tía del papu, ese que le gusta a Nico, y vamo' al río- propuso la morocha mientras se sentaba en el piso.
-Ay, Ale- suspiró Nicolás como un boludo escuchando el nombre de su enamorado que iba a economía.
-Hermana recién paramos porque te cansaste, no podes manejar tanta paja- rió Cuti viendo como se sentaba.