Oh, Merlín...
William Wood, que hombre... Un hombre atractivo, más que Amos Diggory o Frank Longbottom, que Sirius Black o James Potter.
Un hombre educado, alto, fuerte, sonriente... El capitán de Gryffindor, guardián... Y encima era Head-boy.
Lucinda Talkalot moría por él... De verdad que moría. Cada vez que se acercaban a darse la mano después de cada partido, a Lucinda se le iba el alma al cielo.
Y es que vaya hombre... ¿Pero como William se iba a fijar en Lucinda? Nunca Wood se fijaría en una Slytherin, y menos en la capitana de Quidditch de Slytherin. Además, eran rivales, y nunca fueron amigos, ya que su sed de victoria era más fuerte, discutían muchísimo.
Pero Lucinda no iba a dejar su puesto por un enamoramiento, no iba a dejarlo ganar, nisiquiera iba a dejar de hacer los trucos o jugadas sucias que tenía pensadas solo para que William dejará de discutir con ella. No, el Quidditch era más importante para ella.
Lucinda era cazadora, ella era el pilar del equipo, junto a Regulus Black, el buscador, un jugador prometedor. Los otros jugadores Dorcas Meadowes y Evan Rosier, que eran los otros cazadores también eran buenos. Aunque debía admitir que Mucliber y Avery le iban muy bien de bateadores. Y el guardián... Bueno, realmente no era nada del otro mundo.
En cambio el guardián de Gryffindor, William, le robaba el corazón cada vez que paraba uno de sus tiros, y Marlene McKinnon y Sirius Black tampoco dejaban que ella se acercará demasiado a los aros.
Lucinda llevaba enamorada 3 años, desde su primer año como capitana. Y había visto a William tener muchísimas novias, y a cada una de ellas le quería arrancar los ojos, pero William nunca mostró ningún tipo de interés en Lucinda... Pero tampoco ningún desinterés, y es que realmente Wood era muy agradable cuando no estaban discutiendo, incluso cuando Avery lesionó a uno de sus cazadores, James Potter, rompiéndole el brazo; William fue muy cortés, y no anuló el punto que marcaron gracias a que Potter no estaba en el campo.
Y es que Wood era tan perfecto. Y Dorcas lo sabía, al igual que todo el equipo, porque Lucinda se lo había dejado muy claro millones de veces.
-Luci, si tanto te gusta, acercate a él. Marlene me ha dicho que está soltero ahora. -Dijo Dorcas, tres años menor que ella. Se preparaban para el partido contra Gryffindor.
-QUE DICES! -Exclamó. -No puedo hacer eso! Vamos a jugar el partido como siempre, dejemos este tema.
Todo el equipo gruñó con protesta.
Y pasó algo que no esperaba Lucinda, Wood se asomó al vestuario.
-Oye Talkalot, el partido se pospone, resulta que mi buscador esta lesionado, no tenemos de repuesto, lo pospongo para la semana que viene. -Dijo Wood.
-¿¡Que?! -Se indignó Lucinda. -Eso nunca! No puedes posponer el Quidditch!
-Mi buscador no puede andar, Talkalot! ¿¡Que rayos quieres que haga?! -Contestó William, enfadado.
-Me da igual lo que hagas, Wood! Es obligarorio tener jugadores de repuesto, si eres idiota y no te sabes las normas, no es mi jodido problema! -Grito Lucinda.
-A mi no me llames idiota, serpiente! Vale, bien! Voy a pedirle algún Gryffindor que se ponga de buscador, y os vamos a machacar igualmente! -Gritó William, molesto.
-¿Tu has visto mi buscador? Black podría conseguir la snitch con los ojos cerrados, estas perdido William. -Río Lucinda, señalando a Regulus quien se sentía alagado.
-Oye, Wood. -Dijo Dorcas deslizándose por la puerta, de una manera extraña.
-¿Meadowes? -Preguntó Wood, con una ceja levantada.