𝟬𝟬𝟱 valle de sombra de muerte

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CAPÍTULO CINCO

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CAPÍTULO CINCO.
valle de sombra de muerte

EZRA WINDSOR no durmió mucho esa noche, su principal motivación para permanecer despierto era una sola cosa: el miedo

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EZRA WINDSOR no durmió mucho esa noche, su principal motivación para permanecer despierto era una sola cosa: el miedo.

El miedo era un concepto extraño, pero Ezra se había acostumbrado a él con los años. No era como la mayoría de los niños. No creció en una casa grande detrás de una valla blanca. No tuvo una mascota en casa (aunque lo deseaba). No pudo ir a la escuela ni hacer amigos. No podía permitirse lujos sencillos en la vida, como juguetes y dulces, porque sencillamente ya no existían. No pudo irse de vacaciones en un gran avión y volar por todo el mundo, ni celebrar la Navidad o su cumpleaños. Ni siquiera llegó a disfrutar de ser un niño porque nunca hubo un momento en su vida que mereciera la pena celebrar.

Desde el momento en que Ezra Windsor abandonó la comodidad del vientre de su madre, pataleando y gritando, fue educado para hacer una sola cosa: sobrevivir. Sus padres querían que venciera al cruel mundo al que de repente le habían traído. Su padre le enseñó a disparar cuando sólo tenía cuatro años, mientras que su madre le enseñó a permanecer oculto, a racionar sus provisiones y a saber qué hacer si alguna vez se encontraba en apuros. Y si algo aprendió al crecer, incluso después de la repentina y brutal muerte de su padre, fue a no bajar nunca la guardia, porque de un modo u otro, siempre había algo o alguien que iba a por él.

De ahí surgió su miedo al mundo, que, como una pequeña semilla plantada en la tierra, crecía cada día que pasaba. Cuanto mayor se hacía Ezra Windsor, más pronto veía el mundo como lo que realmente era. El apocalipsis no era algo que debiera aceptarse, o algo a lo que todo el mundo tuviera que adaptarse. Era un lugar frío y vacío, con muerte, horror y violencia acechando en todos y cada uno de los oscuros rincones de su camino. Era un ciclo interminable del que nadie podía escapar. Especialmente él.

Sin embargo, el miedo le impedía respirar. Nunca bajó la guardia, ni siquiera un segundo. Ni cuando estaba con su madre, ni cuando se escapó para vivir en la zona de cuarentena de Boston, ni cuando aceptó el trabajo de sacar a escondidas a una adolescente de la ciudad junto a su propia madre. Y cuando creía que por fin podía volver a bajar la guardia, el miedo volvió a introducirse en su vida, filtrándose en su torrente sanguíneo como un veneno.

𝐈 𝐊𝐍𝐎𝐖 𝐓𝐇𝐄 𝐄𝐍𝐃 | ᵗʰᵉ ˡᵃˢᵗ ᵒᶠ ᵘˢDonde viven las historias. Descúbrelo ahora