𝟬𝟭𝟭 la chica muerta viviente

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CAPÍTULO ONCE

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CAPÍTULO ONCE.
la chica muerta viviente

   A MENUDO se referían a Margo Burrell como la chica muerta viviente

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   A MENUDO se referían a Margo Burrell como la chica muerta viviente.

Los desconocidos se preguntaban por qué una chica podía ganarse un apodo tan siniestro. Otros, que habían visto crecer a la chica en la zona de cuarentena de Kansas City, siempre se sacaban la respuesta de la manga. Le pusieron ese nombre a una edad temprana porque Margo Burrell no era como la mayoría de las chicas que viven en el apocalipsis. No era cruel ni mezquina. No hablaba con áspera animosidad en su vigorosa voz. No levantaba la voz, ni siquiera la mano en un acto de violencia. Le enseñaron a luchar y a disparar un arma. Pero nunca utilizó esas habilidades. Ni siquiera se le pasaba por la cabeza, y en un mundo tan despiadado como éste, a menudo sorprendía a los demás.

     Margo era amable y compasiva. Era el tipo de chica que cambiaba sus tarjetas de racionamiento por algo tan sencillo como fruta y, en lugar de quedársela para ella, se la ofrecía a niños hambrientos que no podían trabajar para ganársela. Ayudaba a los ancianos, sabiendo que apenas podían valerse por sí mismos. Cuando no estaba trabajando para conseguir tarjetas de racionamiento, pasaba la mayor parte del día con su hermano pequeño, Sam, cuidando de él, especialmente cuando se enfermaba, mientras su hermano mayor, Henry, cuidaba de ella.

     Pero Margo Burrell no sólo era amable. Era delicada como una flor, pero podía forzar un exterior frío como la piedra para protegerse a sí misma y a sus hermanos de quienes querían hacerles daño. Sin embargo, bajo la fachada había una cara bonita con un alma hermosa. Margo era caprichosa y pacífica. Sarcástica y alegre. Siempre veía lo mejor en una situación terrible, y viviendo en un mundo donde la violencia y la muerte acechaban a la vuelta de cada esquina, bueno, seguir siendo optimista era algo definitivamente impensable. Eso fue hasta que conocieron a Margo Burrell, y aprendieron que aún existían chicas con un corazón de oro bajo la agobiante presión de unas circunstancias tan duras.

Así fue como Margo Burrell se ganó el apodo de *chica muerta viviente*. Al igual que todos los demás que quedaban en el mundo, pasaba cada día intentando sobrevivir y sacar lo mejor de la situación de mierda que le había tocado vivir. Pero Margo no permitió que lo que ella era se desperdiciara bajo la oscuridad. Mientras otros sucumbían a la dura realidad de la enfermedad que marchitaba las calles de Kansas City, Margo nunca perdió el contacto con la dulce niña que había nacido para ser. Fingía que el mundo fuera de los muros de la zona de cuarentena no existía. Hacía que valiera la pena vivir cada momento. Margo sabía que no viviría mucho tiempo. Después de todo, estaba en medio del Apocalipsis.

𝐈 𝐊𝐍𝐎𝐖 𝐓𝐇𝐄 𝐄𝐍𝐃 | ᵗʰᵉ ˡᵃˢᵗ ᵒᶠ ᵘˢDonde viven las historias. Descúbrelo ahora