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━━Los años pasaron y con ellos las cosas cambiaron, aemond cambió. Tras el accidente le costó mucho avanzar, no podía evitar ver su reflejo y sentir una incontrolable furia, esos bastardos le habían arrebatado una parte de él, le habían sacado un ojo y algún día se cobraría ese acto.
Aemond se había dedicado a entrenar exhaustivamente, para asegurarse de nunca más volver a pasar por lo mismo. Justo por esto se encontraba ese día en el campo de entrenamiento con sir criston como era habitual, el príncipe había tenido que modificar su técnica de combate para que esta se adapte a su discapacidad, dando como resultado un estilo de pelea conformado por movimientos ágiles y letales unidos a múltiples giros, para no despegar la vista de su oponente.
Mientras luchaba con el capa blanca podía notar cómo las personas se agrupaban a su alrededor atentos a la pelea.
Le gustaba la atención, pero solo de las personas correctas y esa gente no lo era.
Por fin tras una estocada bien dada logró que el sir perdiera su espada permitiéndole amenazar lo con la suya dando así por terminada la pelea.
- buen trabajo mi príncipe, se ha transformado en un contrincante formidable-dijo mientras levantaba su espada.
El príncipe aceptó el cumplido con un asentimiento de cabeza, mientras posaba su espada sobre la mesa de armas.
-gracias sir cristón, mejor suerte para la próxima- exclamó el príncipe mientras salía tranquilamente del patio de entrenamiento rumbo a sus aposentos.
Una vez allí se dio una baño rápido despojándose de la suciedad acumulada durante el entrenamiento, para posteriormente dirigirse al posó de dragones para visitar a su dragona vhagar.
Su relación con vhagar era buena, ella era una dragona mayor por los que era sumamente tranquila y cariñosa, le encantaba cuando él le dedicaba toda su atención. Como en ese momento donde se encontraban volando sobre desembarco del rey.
Desde la primera vez que voló junto a la misteriosa mujer, le había encantado estar en el aire allí se sentía libre y poderoso lejos de sus problemas y de todos.
Mientras volaban el príncipe no pudo evitar recordar a la mujer a la vez que pasaban por el bosque donde la conoció. Sin embargo al pasar sobre este logro notar una familiar figura plateada recostada en el tan conocido claro, al que solía ir cuando era un niño.
Habían transcurrido años desde la última vez que había visto a la jinete del látigo afilado, y decir que con el paso de los años su interés por la mujer había disminuido sería decir una mentira. Y él lo sabía perfectamente, por lo que no fue una sorpresa cuando se adentro a paso apresurado en el bosque tras dejar a vhagar en el posó con los cuidadores.
En los últimos años tras perder uno de sus ojos había logrado ver al llamativo dragón sobrevolar desembarco 2 veces en los últimos 6 años, 3 contando esta, sin embargo ese era el mayor acercamiento que lograba obtener.
Y para su mala suerte esta vez no sería la excepción, ya que al llegar al claro este ya se encontraba totalmente deshabitado
Sin aemond saberlo una importante decisión se estaba llevando acabo en la fortaleza roja...
━━━ A partir del siguiente capítulo vamos enserio 🤭
