Mark estaba bajo el chorro de agua, tratando de poner sus jodidos pensamientos en orden. Su cerebro estaba lleno de un millón de preguntas y no sabía cómo responder ni siquiera a una de ellas.
¿Jhonny estaría como él? ¿O simplemente estaba jugando juegos con la mente del pusilánime cuervo invasor que realmente a nadie le gustaba? ¿Jhonny estaba hablando en serio cuando dijo que Mark era la perfección absoluta? Si era así, ¿seguiría pensándolo después de que se enterara de algunas de las cosas que se había visto obligado a hacer por el bien de la supervivencia de su familia?
Se volvió, sin darse cuenta de que la corriente de agua que caía lo golpearía en su costado herido. Un grito de dolor escapó de sus labios antes de que pudiera retenerlo.
—¿Estás bien? —Jhonny gritó.
Mark se pasó los dedos por las heridas, haciendo una mueca mientras observaba que la piel se sentía caliente. —Tal vez después de todo no sería tan mala idea llamar a Jin.
—Lo haré tan pronto como hayamos terminado aquí.
—Gracias.
Mark se apresuró y se lavó, sonriendo cuando se dio cuenta de que Victoria le había proporcionado su champú favorito de fresa. Ella puede que no fuera capaz de ayudar en algunas cosas debido a su discapacidad, pero se las arreglaba para encontrar pequeñas maneras de demostrar que le importaba.
Apagó el agua y se secó, envolviendo la gruesa toalla blanca alrededor de su cintura. Al abrir la cortina, todavía se sentía un poco acomplejado por su casi desnudez. Jhonny podía haber dicho que se veía bien, pero aun así le era difícil estar al cien por cien seguro después de que tantos otros habían lanzado comentarios despectivos en su camino.
Jhonny estaba apoyado en el lavamanos, y se veía sexy como el infierno. Llevaba el uniforme negro con los pantalones de combate y una camisa de manga larga, la tela moldeaba el duro cuerpo del hombre a la perfección. Su cabello rubio se veía muy suave y acogedor, e invitaba a pasar los dedos por él. Mark se estremeció con la necesidad de acariciarlo. Puesto que no sabía si ese tipo de contacto sería aceptado, optó sólo por jugar nerviosamente con el borde de la toalla.
—Ven aquí —ordenó Jhonny ondulando su dedo.
Incluso antes de que el cerebro de Mark pudiera registrar completamente las palabras, sus pies se movieron hacia adelante. Se detuvo a unos centímetros de distancia de Jhonny. Sin embargo, eso no satisfizo al hombre, que dejó escapar un suspiro antes meter los dedos en la parte superior de la toalla y tirar de Mark para acercarlo.
Jhonny no dijo nada, sólo miró a Mark. Los ojos del león eran tan suaves... tan comprensivos... tan preocupados, que Mark se encontró queriendo derramar su corazón.
—Odio haber nacido cuervo —dijo, su voz un mero susurro—. Incluso cuando era niño, quería ser normal, en lugar de algo que era despreciado por todos.
Jhonny pasó sus nudillos por la mandíbula de Mark, su tacto dejó tras de sí un calor de terciopelo. —Pero entonces no serías mi Mark.
«Su Mark». ¡Oh, lo que Mark daría porque ese fuera el caso. El conocimiento de que realmente nunca serían una
pareja, lo hería diez veces más que las heridas en su costado. Sin embargo, no podía negar la verdad, los Cuervos y los felinos nunca, nunca podrían enamorarse.
Por supuesto, el corazón de Mark tenía otras ideas. Porque en ese momento, se dio cuenta de lo importante que Jhonny era para él. También sabía que iba a hacerlo pedazos cuando el león por fin despertara y se fuera para siempre.
—Si yo fuera un felino, como tú, no habría ninguna duda sobre lo que estaríamos haciendo ahora —dijo Mark, asintiendo hacia la cama.
Cuando Jhonny se limitó a mirarlo y no respondió, la garganta de Mark se apretó. Tragó saliva, y luego continuó: — No es que te culpe. He oído lo que le hicieron a tu hermano.
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Serie de los CP 13 - La reivindicación de Mark
Fiksi PenggemarSerie de los Cambiaformas Perdidos 13 - La reivindicación de Mark RESUMEN Criado en completo aislamiento, el cambiaformas cuervo Mark, sabía muy poco del mundo de los cambiaformas. Aunque sabía que los Cuervos estaban en guerra con los cambiaformas...