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—¡Jordan! ¿Me escuchas?

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—¡Jordan! ¿Me escuchas?

—¡Aquí! —Su voz se hizo pequeña, algo le ha pasado.

—¡Joder! —Definitivamente eso me preocupó. Voy hacia donde escuché la o de Jordan.

Clina abajo se encontraba tirada, al parecer muy adolorida.

—¡Jordan! —Me asomo y ahí estaba ella.

—¡Marcus, ten cuidado, te vayas a caer!

Lo primero que hice fue tirarme e hice caso omiso al aviso de Jordan. Al estar con ella olvido que está lloviendo y tiró el paraguas para poder estar a su disposición.

—¿Qué haces? ¿Estás bien? —¿Aun así se preocupa por mí? Cuando ella ha estado en peligro.

—¿Cómo que qué hago? Venir a verte, tonto. —pongo mis manos en su rostro, necesitaba acariciarla. —Me has tenido preocupado.

Ella no dice nada.

—Dime ¿Estás bien? —hago una revisión a todo su cuerpo, pero no encuentro nada. —¿Estás lastimado?

—Te estás mojando. —¿Porque se preocupa por mí? Debería preocuparse por ella.

—¿Por qué te preocupas por mí? ¿Tú, estás bien? ¡Responde! —De verdad quiero saber.

—Tranquilo, estoy bien. He caído y me he lastimado el tobillo. —dice con un tono tranquilizador.

—¡Marcus! ¡Marcus! —Ese es Joshua.

—¡Joshua! ¡Aquí estamos, pero no te acerques mucho! ¡La tierra está inestable! —Le aviso, pues no queremos otro tobillo lastimado.

—Jordan. ¿Está bien? —pregunta Joshua por la chica que tengo a mi lado. Él también ha estado muy preocupado, aunque siga sin saber su secreto.

—¡Sí, está bien! ¡Ve por ayuda! —respondo por ella.

—¡Voy corriendo! —Joshua desaparece.

—Estás muy mojado. Te resfriarás. —Ha estado mucho tiempo bajo la lluvia, sin ninguna protección. No lo pienso ni un minuto, me quito la casaca que llevo puesta y se la pongo para que se cubra.

—Te resfriarás tú también.

—Descuida, llevas más tiempo bajo la lluvia. Tienes que cuidarte. —digo eso para que se tranquilice y no se preocupe más por mí. Para que no se moje más, recojo el paraguas de donde lo dejé y así nos cubrimos los dos.

Vi que se dio cuenta de mis puños, pero trato de ocultarlos, esperando así no me pregunte por lo que me pasó.

—¿Cómo supiste que estaba aquí? —¿Qué cómo lo supe? Desde el momento en que dijeron que saliste en dirección a los suburbios, me imaginé que lo que necesitabas era despejarte por lo que pasó en la habitación. Así que por eso dije que buscaremos en el bosque, lo que no me esperaba era a Bruno tratando de pasarse de la raya contigo.

Siempre supe que eras tú ||Libro 2|| ✔ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora