"Lycoris para el 14".

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Chisato era una simple estudiante de preparatoria, Takina era una joven que desperdiciaba su vida en el puesto de flores de su familia.

Chisato, a la hora de la salida, siempre visitaba aquel puesto. Le gustaban las flores de diversos colores y estilos, pero le gustaba mucho más escuchar a aquella chica hablarle sobre el significado de cada una.

Al principio, fue por cierta curiosidad, le preguntó sobre el significado de una rosa blanca.

Takina, acomodando el sombrero de paja sobre su cabeza, abrió la boca y le explicó.

- Significan pureza, lealtad y una relación larga.

Al ver los ojos relucientes de la chica de preparatoria, no pudo evitar sonreír con satisfacción.

Lo que comenzó como un encuentro casual, movido por la curiosidad, terminó convirtiéndose en parte de sus rutinas. La de uniforme rojo pasaba todas las tardes a la misma hora a ese pequeño rincón lleno de flores fragantes, no solo para apreciarlas, sino también para verla a ella.

De cabello azabache y brillante, ojos decididos y figura deseable.

No solo le gustaba escuchar su voz cuando llegaba a su puesto, le gustaba su apariencia, por lo que no tardó mucho en invitarla a salir.

Takina, sorprendida, bajaba la mirada con algo de pena.

- Lo siento - Dijo con una sonrisa torcida, feliz por la propuesta, pero triste por lo que tenía que decir - . Mi madre está enferma y no hay nadie que se encargue de el negocio.

Su razón era válida, por lo que Chisato, aún triste por ser rechazada, asintió con la cabeza.

Dolía ser rechazada, pero tampoco buscaba obligarla a salir con ella, después de todo, solo eran conocidas, ¿No es así?.

Luego de la respuesta de Takina, Chisato pasó varios días sin venir. La primera creía que era por su culpa, tanto que ella se había esforzado por pedirle salir... Y ella le dijo que no.

Takina hizo una mueca. Tal vez ella nunca llegó a comprar una simple flor, pero era la única persona con la que charlaba en todo el día. La única con la que pasaba horas y horas hablando sin llegar a aburrirse.

Takina suspiró. Ya había pasado una semana desde que su única compañía la había dejado.

El sol se escondía detrás de una montaña a lo lejos. Con su brillo mezclado con el rojo del cielo, le recordó que a esa misma hora, la chica de preparatoria pasaba por ahí.

Siempre, a la puesta del sol, ella corría, pero esta vez no, no había quien recibiera a Takina con los brazos abiertos, no había quien le sonriera.

Ya no.

Como si sus emociones fueran reflejadas por sus flores, se dió cuenta de algo alarmante.

Se estaban marchitando sus flores, perdiendo sus pétalos, perdiendo su color...

Al igual que ella.

La única en pie, era un lirio, uno peculiar por su aspecto y color.

Un lirio de Lycoris.

Takina arrugó la frente y cerró los ojos con fuerza.

- De todas las flores, ¿Porqué quedó la que simboliza la muerte?.

No pudo contenerse más, lloró con amargura.

Lloró porque todas sus flores, el fruto de su día a día, se marchitaba al igual que su ser.

Lloró porque la única en estar sana era la "guía de los muertos".

Pero sobre todo, lloró porque el destino tenía razón; el mundo sin ella ya no tenía fragancia, ni color, marchitando poco a poco sus pensamientos y dejándole una señal que para ella significaba "déjala ir".

Chisato había pasado por la temporada de parciales y por eso no había podido ir a verla.

Para compensar su soledad, Chisato le trajo unos bocadillos, pero al ver el puesto cerrado, una punzada tocó su corazón.

"Cerrado temporalmente".

Un letrero de madera, pegado a la pared, decía eso.

Chisato no se sintió feliz, para nada...

Pero no era tiempo de entristecerse, todas las tardes visitaba ese lugar y se sentaba en la orilla de la acera para esperar que abrieran o al menos para que aquella chica volviera a hablarle, a mirarle, a hacerle latir el corazón con una velocidad increíble.

Lo esperaba con ansias.

El destino, siendo tan grande, no pudo hacer mucho con una ciudad tan chica.

De una forma u otra, ellas se encontraron, sus ojos se conectaron.

- Hola.

Chisato saludó con una sonrisa. Pasaba por ahí a la hora de la mañana para sus compras, en la tarde tenía que ir al colegio.

Takina sonrió, devolviéndole el saludo. Miró los estantes casi vacíos por las flores que se habían marchitado y luego miró a Chisato.

- Lo siento, todas las flores que te gustaban se han marchitado, tendrás que esperar unos días para que los brotes crezcan bien.

A Chisato ya no le importaban tanto las flores.

Le importaba más ella.

Miró con curiosidad un lirio que se exhibía en la vitrina, ganándose la atención de Takina.

La joven se aclaró la garganta y tomó la flor entre sus manos.

- Ésta se llama "Licorys Radiatta", es conocida como la guía para los muertos.

Takina se detuvo en medio de su explicación, confundiendo a Chisato.

Tomó aire y extendió el lirio hacia la otra.

- Sé cual es el significado de esta flor, pero me tomé la libertad de cambiarlo un poco y...

Levantó la cara, encontrando los ojos rubí de Chisato.

- Entonces, ¡No quiero que nos guíe de camino a la muerte, es más, quiero que juntas, guiemos nuestras vidas aún después de la muerte!.

Sus palabras salieron a duras penas por el nudo en su garganta.

Pero no duró mucho, el lirio entre sus manos fue tomado por Chisato con una sonrisa llena de felicidad.

- Me encantaría vivir aún después de la muerte contigo, Takina.

Ambas sonrieron, como cómplices por la situación.

Takina recordó ese día como si fuera el más importante en su vida.

Pues, era el primer San Valentín donde regalaba una flor de Lycoris.

Una flor de la muerte, que las guiaría y uniría aún después de ella.

Oneshots para el 14.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora